Siguiente: Dike-Tomo II.Capitulo10: Estoy loca
Hola amigos! Hace tiempo que no publicaba algo de Dike, es hora de retornar a nuestra rutina de lunes por medio la novela de Dike y miércoles por medio, la novela de Taumante y Dione (que está llegando al final de tomo).
Para ponernos al corriente, en el capitulo anterior Dike habló con Lisiánasa y descubrió que no sólo ella detestaba a Actea. Cuando ésta se entera quién la traicionó hace que las suspendan a las dos de la escuela.
Ahora sí, el capitulo nuevo.
Capitulo 9: Como si nada
Dike estaba
desenredándose el pelo. Había terminado de bañarse hacía apenas unos diez
minutos. Odiaba tener que someterse a esa tortura. Aunque usara crema de
enjuague, su cabello era rebelde, largo y voluminoso. Terminó con un lado, le
tocaba el otro. Pero la puerta del baño sonó. Sabía perfectamente quién era, su
hermano. Él siempre venía a molestarla cuando se bañaba. Dike siempre avisaba
que iba a ocupar por un largo tiempo el baño, pero a Taumante no le importaba. Parecía
que molestarla era su misión en la vida.
Dike:-
¡¿Qué queres?!
Taumante:-
(Atrás de la puerta) Nada tonta.
Dike
torció el gesto, parecía que su hermano necesitaba hablar. Ella tenía idea que
él era bastante ermitaño, no tenía muchos amigos, excepto el nuevo del club,
Levo. Pero el chico iba a otra escuela y sólo se veían cuando asistían al club
por las tardes. Además, no creía que hablasen en ese tiempo. Su hermano estaba
creciendo y necesitaba desahogarse. Y claro, él no tenía un diario íntimo con
el cual plasmar todos sus pensamientos. Tampoco Forco le ofrecía consuelo. Como
padre era un desastre. Parecía que no quería acercarse el chico por si acaso se
lo arrebataran, para no sufrir su pérdida.
Dike:-
(Resignada) Bueno, pasá. Pero no te rías de mi pelo.
Taumante:-
(Entrando) ¿Por qué lo haría?
El
chico entró sigilosamente y observó el asimétrico cabello de su hermana. De un
lado estaba perfectamente peinado, pero el otro aún estaba abultado y enredado.
Si lo tenía corto, ¿cómo era posible que lo tuviera así? Inevitablemente, una
sonrisa traviesa se le escapó y Dike lo empujó para que entrara de una vez.
Dike:-
Esto es algo que vos nunca vas a sufrir, pero me encantaría que te pasara lo
mismo.
Taumante:-
Padezco otras cosas.
Dike:-
Hey… Eso suena muy triste. ¿Qué te pasa?
Taumante:-
Un amigo se cambió de escuela y lo extraño.
Dike:-
Oh…
Taumante:-
(Curioso) ¿Qué?
Dike:-
Estoy contenta de que tengas un amigo en la escuela. Lástima que se fue. ¿Y
cuándo regresa?
Taumante:-
(Mira al piso) Eso es lo que me tiene mal.
Dike:-
¿Por qué?
Taumante:-
Porque aunque me dijo que iba a volver, creo que me mintió para que no me
sintiera mal.
Dike:-
Ya vas a encontrar a otro amigo.
Taumante:-
¿Te estás escuchando? Las personas no somos objetos.
Dike:-
No te enojes Tau.
Taumante:-
(Poniéndose de pie) No me enojo. Sé que las amigas con las que estas se merecen
ese pensamiento. Pero él no.
Dike:-
¿Mi amigas? Cuidado con lo que decís de ellas.
Taumante:-
Pensá en tu definición de amistad y luego decime quién de ellas encaja. Porque
las amigas no se traicionan, no se mienten, no desconfían las unas de las
otras.
Taumante
salió disparando a su cuarto después de largar semejante bomba y ella se quedó
vacía de palabras. El chico tenía razón. Resignada, se aferró a las únicas
amigas que realmente valían la pena de querer. Ferusa y Euribia. Ambas siempre
estaban con ella, la escuchaban y compartían momentos buenos y malos, además de
cosas en común. Pero, ¿era eso a lo que Taumante se refería con amistad? Por
más que lo pensara, recordaba las palabras de Nereo de aquella tarde. << Especialmente Euribia
y Actea >>. Ellas hablaban mal de Dike y vaya a saber lo que realmente
pensaban. Esto la llevaba a solo una amiga, Ferusa.
Pero
también estaba Lisiánasa y Eudora. Ambas eran calladas, pero la primera fue
bastante lejos con lo que hizo. Dike la entendía. Hacía mucho tiempo que venía
acumulando estos sentimientos negativos. Detestaba la personalidad de Actea y
tenía la necesidad de decírselo, pero sabía que hablar sería el fin de la
relación que tenían. Eran compañeras, se divertían juntas, pero su actitud ya
estaba cansando a todos.
Finalmente,
acomodó el baño y salió a su cuarto. Taumante estaba aún en su pieza,
escuchando música con los auriculares puestos. Luego de un verano donde lo
retaron por escuchar el mismo disco una y otra vez, optó por seguir
reproduciéndolo pero para sí mismo. Dike se moría por ir a abrazarlo. Se veía
tan triste mientras estaba perdido en sus pensamientos. Parecía que ese amigo
era de verdad importante para él. Tan importante que no podía ser reemplazado
por otro. De todas maneras, ella sabía que él era bastante extremista. Ya se le
iba a pasar, pensaba.
<< Mañana va a ser la
reincorporación de Actea y Lisianása en la escuela. Euribia estuvo contando que
la madre de Actea no la dejó salir de la casa en toda la semana. Así que no
pudo obtener mucha información ni darle nuestros saludos. Una pena, porque
nadie le envió alguno.
Estoy siendo cruel, pero creo
que voy a tomar coraje y decirle lo que pienso en la cara. Actea tiene que
saber que no todos estamos contentos con ella. Además, quiero tomar distancia.
Ella no se disculpó por haber sospechado de nosotras y eso me molesta más. Ni
una llamada, nada. Veremos que sucede mañana. >>
Ferusa:-
¡Odio el invierno, las camperas grandes, los guantes, las bufandas y las ropas
grandes!
Dike:-
(Sonríe) Ya dijiste lo de las cosas grandes.
Ferusa:-
¿Pero no lo sentís así? Todo es horrible en el invierno.
Dike:-
Primero, no estamos en invierno. Aunque
la ciudad no se dé cuenta, es otoño. Y segundo, no me puse a pensar en eso.
Supongo que me gusta el otoño, pero sólo porque está mi cumpleaños.
Ferusa:-
Eso es trampa.
Dike:-
Te dije que no me lo puse a pensar…
Ferusa:-
Bueno, vamos a lo importante.
Dike:-
¿Qué? ¿Sabes algo de las chicas?
Ferusa:-
Eso no es importante.
Dike:-
(Ríe) Está bien. Y, ¿qué es lo importante?
Ferusa:-
Nosotras de chicas siempre fuimos al club de patinaje.
Dike:-
(Recordando) Ah, sii… Qué lindos recuerdos.
Ferusa:-
Bueno, viste que el club cerró.
Dike:-
(Suspira) Como lloré cuando me lo dijeron. Fue peor que descubrir que no existe
Papá Noel.
Ferusa:-
Bueno, ¿a qué no sabes qué club volvió a abrir?
Dike:-
(Sonríe) No me digas…
Ferusa
asintió con la cabeza. A Dike se le llenaron los ojos de lágrimas. No lo podía
creer. Allí había vivido gran parte de su infancia y también había sido allí
donde conoció a Ferusa. En ese entonces habían participado de algunos torneos y
exposiciones pero, una vez que el club cerró no hubo otro que les ofreciera el
lugar para practicar la disciplina.
Ferusa:-
Bueno, ahora que ya estás contenta, tengo otra noticia.
Dike:-
Espero que no me hayas dicho la buena primero para luego decirme la mala, ¿no?
Ferusa:-
Algo así. Pero tal vez te lo tomes bien.
Dike:-
Voy a tratar de no perder el control.
Ferusa:-
Nos anoté en la fiesta de apertura.
Dike:-
¿¡Qué!?
Ferusa:-
Si, ya nos anoté, pero necesitamos a otra más.
Dike:-
¿Me estás escuchando? No quiero participar de nada Ferusa.
Ferusa:-
Se pidieron grupos de tres personas. Así que pensé en Actea como la tercera.
Dike:-
Si pensas que voy a hacer grupo con ella, estas mal.
Ferusa:-
Tomo eso como que sos parte del grupo.
Dike:-
Yo no dije nada de eso.
Ferusa:-
Dijiste que no querías hacer grupo con ella, ¿entonces con quién?
Dike:-
Con nadie.
Ferusa:-
No quiero escuchar esa respuesta Dike. Voy a buscar a otra chica que sepa
patinar o que pueda mantener el equilibrio sobre cuatro ruedas.
Dike:-
Ya dije que no Ferusa.
Ferusa:-
Necesitas distraerte nena.
La
rubia se marchó y dejó a Dike atónita. Ella no quería participar en nada.
Caminó lo que quedaba de vereda e ingresó a la escuela. Vió a Ferusa tomar
medidas y preguntar a las chicas que se atravesaban por su camino si sabían
patinar. Obviamente que todas la rechazaban, no habían muchas probabilidades
que alguna de ellas realizara piruetas, giros, saltos y acrobacias sobre una
pista de patinaje que no existía. El club había cerrado y ya, desde antes de
haber dejado de funcionar, que no tenía concurrencia. Por otra parte, se
acercaban las vacaciones de invierno y nadie querría estar ensayando
movimientos para la fiesta de inauguración de un club de barrio.
Dike
estaba sentada en el patio esperando a que sonara la campana de formación.
Había llegado muy temprano a la escuela debido a que, inusualmente, se despertó
con el primer llamado de su madre. Aún no conseguía dormir bien, pensaba en el
desaparecido Dione y en la confusa declaración de Psámate con respecto a los
sentimientos de su hermano para con ella. Todo eso la tenía la enredada.
Seguramente, patinar sería una perfecta distracción para su ocioso cerebro.
Ferusa tenía razón.
Ferusa:-
(Luego de saludar) ¿Sabés de alguien que patine Actea? Estoy frustrada.
Actea:-
(Enojada) ¿Frustrada? Vos no tenes que ponerte al día con todas las materias,
no tenes que soportar la cara de traste de tu mamá, la mirada de Psámate, la
distancia con las chicas. Esto está mal. No lo soporto.
Ferusa:-
Perdón. No me dí cuenta.
Actea:-
Lo peor de todo es que << ella >> ahora es la buena, es la que hizo
lo correcto. La odio.
Ferusa:-
¿De quién estás hablando?
Actea:-
¿Quién fue la que contó todo?
Ferusa
comprendió y dejó de hablar, Actea estaba furiosa con Lisiánasa pero no iba a
perder la oportunidad de preguntarle a ésta si sabía patinar, tal vez ella era
la chica que estaba buscando para completar su trío. Lamentaba tener que
hacerle esto, pero Actea era muy egoísta y, si hubiera estado en el lugar de
ella, de seguro que lo hubiera hecho.
En
el tercer recreo recién logró acercarse a la renegada de Lisiánasa. Ella se
sentaba lejos del grupo central. Todo el salón había cambiado. Dike estaba con
Euribia, Eudora y Fersua, mientras que Actea y Lisiánasa se sentaban solas en
cada rincón del salón. Los chicos se mantuvieron como siempre, aunque no les
agradó mucho tener que estar en el medio de una pelea de chicas. Cualquiera que
hablara con Lisiánasa tenía que despedirse de la relación con Actea y si alguno
hablaba con ésta última, era considerado un espía si se dirigía a Lisiánasa.
Todo se había vuelto complicado.
Lisiánasa:-¿Y
Dike? ¿Ella no va a tener problemas conmigo? No sé que tan bien quedamos
después de lo que pasó.
Ferusa:-
¿Ves a Dike peleada con Galatea?
Lisiánasa:-
No, pero no sé. Lo nuestro es diferente.
Ferusa:-
Lo de Galatea fue peor que esto. Nadie se puede meter con su hermanito.
Lisiánasa:-
Si, ya lo sé. Pero…
Ferusa:-
Lisiánasa, sos la única que sabe patinar en toda esta escuela. No podes decirme
que no. Quiero patinar.
Lisiánasa:-
Solo ese día Ferusa, después volvemos a la normalidad.
Ferusa:-
Es que es eso. Nada más. Nos presentamos en la fiesta de la inauguración y después
nada. Cada una irá, si quiere, al club a practicar.
Lisiánasa:-
Si Dike está de acuerdo, yo voy. No quiero problemas.
Ferusa:-
(Sonriendo) No va a haber problema. ¡Ya somos un equipo!
El
timbre sonó y se dirigieron al salón. Lisiánasa optó por unirse al grupo de las
chicas y Actea estaba sola. Como la profesora solía llegar tarde, Actea se puso
de pie y se dirigió al subgrupo de Dike, Euribia y Ferusa.
Actea:-
¿Así va a ser? ¿Yo soy la mala?
Ferusa:-
No digas eso Actea, nadie dice que seas la mala.
Actea:-
Pero nadie dice lo contrario.
La
mirada de la chica recayó en Dike y en Euribia. Ambas esquivaron la mirada de
ésta y continuaron con su charla falsa.
Actea:-
¿No vas a decir nada Dike?
Dike:-
No tengo nada para decir ¿y vos?
Actea:-
(Dudando) No.
Dike:-
Entonces no hay nada para decir.
La
profesora llegó al salón haciendo que Actea volviera a su asiento. Dike cruzó
la marida con Euribia. Las cosas no iban a terminar para nada bien. Pero ellas
no iban a ser las que le dijeran que tenía que disculparse por haber
desconfiado de ellas. Además de las posibles difamaciones de sus nombres. Actea
podía ser una persona muy mala cuando se lo proponía. Y ellas lo sabían.
La
interminable última hora de clases llegó a su fin y todos los alumnos del
establecimiento salieron corriendo felices fuera de ella. Solo algunos se quedaron
a jugar a la pelota en el patio, otros a charlar, a comprar comida en el kiosco
y otros, como las chica, se sentaron para hablar sobre el nombre del grupo.
Ceto:-
(De cuclillas) ¿Qué están haciendo?
Lisiánasa:-
Estamos buscando un nombre para un grupo.
Ceto:-
¿Un grupo de qué?
Ferusa:-
(Acomodando un cuadernillo para escribir) De patín.
Ceto:-
Naaah, ¿saben patinar?
Lisiánasa:-
Claro que sí. Aunque ellas dos lo hicieron juntas.
Ferusa:-
(Sonríe) Tranqui, Li. Aunque ya nos conozcamos con Dike, no te va a costar
acostumbrarte a nosotras. Lo vamos a hacer bien.
Ceto:-
¿Y en dónde van a participar?
Lisiánasa:-
En el club de la vuelta de la escuela. Se inaugura y vamos a participar en el
estreno de la pista de patín.
Dike:-
No es necesario decir tanto Lisiánasa, no queremos que toda la ciudad vaya a
vernos.
Ferusa:-
¡Ah! Yo si quiero.
Dike:-
Bueno, yo no.
Ceto:-
No vas a poder evitar que la gente vaya.
Dike:-
¿O sí podría?
Ferusa:-
No, no podrías.
Dike:-
Podría, si quisiera, cambiar los carteles diciendo que el día es otro día,
haciendo que el día de verdad no vaya nadie.
Ceto:-
Un poco complicado, ¿no te parece?
Ferusa:-
Ya es complicado buscarle un nombre.
Dike:-
Y todavía no ensayamos.
Ceto:-
(Sentándose en el piso) ¿Las puedo ayudar con el nombre?
Lisiánasa:-
Claro que sí.
Aunque
una cabeza más podría llegar a ser de ayuda, estuvieron una hora discutiendo
posibles nombres y ninguno de ellos las convenció. Decidieron volver a reunirse
en la casa de Dike el fin de semana para charlarlo con más claridad.
<< De alguna forma
Lisiánasa logró que Ceto viniera a casa.
Me parece que le gusta. Todo el tiempo mirándolo, tratando de tener contacto
con él. No sé. Creo que hay interés por parte de ella. De él no estoy muy
segura. Me trató como si nada. Creo que Psámate me mintió para molestarme o
molestar a su hermano. No sé. Es común en los hermanos mayores molestar a los
chiquitos, pero no sé hasta qué punto hacerlo. Con Tau no puedo hacer mucho,
cuando era un bebé se dejaba molestar, siempre sonriendo pero ahora que habla y
piensa, esta insoportable. No se le puede decir nada, hay que pensar cada cosa
a decirle. Esta sensible. Si fuera una chica, diría que está desarrollándose.
Pero no, es un varón.
Yo sólo espero que mis papás me
dejen traer a Ceto a casa. Es un chico y no del grupo mío. >>
Dike
quiso seguir escribiendo, cuando sonó su celular. Un mensaje de texto. No le
dio importancia al principio, quería terminar de plasmar sus ideas, pero la
curiosidad le ganó. Desbloqueó el aparato y leyó el mensaje.
<<
Hola Dik! Como estas? Dione. >>
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Autora: Ferdeimos
Revisión: Alice
Los hechos y/o personajes de la historia son ficticios,
cualquier semejanza con la realidad es mera coincidencia
Nos leemos dentro de dos semanas
Bajo licencia Creative Commons CC BY-NC-SA 3.0,
como se detalla en http://creativecommons.org/licens.
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