Serie Dike ~ Completa

    Titulo de la entrada     Titulo de la entrada

Serie CyC ~En proceso

    Titulo de la entrada

Serie EDAL ~En proceso

    Titulo de la entrada     Titulo de la entrada

Un espacio

Para agradecer a:

Alice por ser leer todo lo que escribo, por más que esté horrorosamente horrible (sobre todo con los tiempos verbales, ella saaabe).

Hachedesilencio que siempre tiene las frases precisas para los capitulos de Dike. Aunque el staff no lo sepa, gracias por hacer lo que hacen.

A mi familia por soportar todas mis locuras.

A los que leen, comentan, descargan y se dan una vuelta por acá. Perdón por el tiempo que me tomo para publicar cosas... gracias por leer!!

~ ferdeimos

miércoles, 5 de marzo de 2014

CyC.I.Capitulo8: Tan mocoso como yo



Capitulo 8: Tan mocoso como yo

Hace una hora que estoy desbordado de la música espantosa del club. Ritmos básicos, leras redundantes y ofensivas. Soporto todo esto porque quiero conocer a Levo, asumido mentalmente como mi enemigo número uno por la posesión de Taumante, y porque estoy disfrutando de mis últimos días con la persona que ocupa un gran lugar en mi mente. Estoy completamente seguro que, en estos cuatro años, voy a superar todo esto y olvidarlo. Asiento con la cabeza. Estoy solo, el mocoso se fue a buscar unos helados que estaban repartiendo gratis. Así que ahora es mi oportunidad para probar nuevamente al destino. Miro para todos lados, no hay señal del chico. Respiro profundo. Cierro los ojos. Muy bien destino, te reto. Si Taumante no llega después de que yo termine de decir estas palabras, es significa que…

 -         Solo había de frutilla, ¿te gusta?

¿No puedo terminar ni siquiera una pregunta al cosmos? Abro los ojos y sonrío, pero estoy enojado. Tomo el helado de agua. Me gusta la frutilla, es mi helado de agua favorito, pero no se lo voy a decir. Para que no sepa nada de mí. Lo único que falta es que diga que es su gusto favorito y me retiro ahora mismo.

-         Qué suerte que te guste. A mí no. Me gusta el de naranja.


Oh, qué bien destino. Una buena para mí. Claramente esto no prueba nada, como la estúpida e inútil oración que estaba formulando. ¿Cómo la iba a terminar? << Eso significa que… >> ¿Que no es para mí?, ¿que si lo es?, ¿que me voy a olvidar de él?, ¿que él no va a sentir nada por mí? Claro, ahora que lo medito, mientras saboreo este helado delicioso, yo estoy suponiendo que esto va a tener algún futuro. ¿Qué se yo del futuro? Me deprimo. 

-            ¿Estás bien? ¿No te gusta el helado?

-            ¿Y a vos? Se te va a derretir si no lo tomas – señalo con el dedo su helado.

-            No me gusta – mira al helado como si éste fuera a atacarlo.

-            No seas caprichoso – oh, la parte que más me gusta de él, que sea tan consentido.

-           Ya dije que no lo soy – intenta fulminarme con la mirada, pero eso me causa más gracia.

-           Entonces terminalo y me retracto.

Cierra su boca. Creo que está pensando una respuesta para evitar tomárselo. Necesito que hable, sino enloqueceré.

-           Está bien, pero más vale que suenes convincente cuando tengas que retractarte – sonríe satisfecho.

-           Lo que sea para mi principito – me acerco sonriendo y muerdo su helado.

Taumante lo saca rápidamente de mí alcance. Está enojado, pero va a tener que entender que no se puede hacer que una persona salga de sus pensamientos depresivos para hacer preguntas como esas, tan inocentes. Con desgano y cara de que está haciendo un gran sacrificio, termina el helado.

-         Bien, ahora te toca – me invita con la cabeza para que cumpla con mi parte.

Voy a hablar y aparece Levo. Justo a tiempo. Saluda a Tau con un apretón de manos. Entrecierro los ojos e inclino ligeramente la cabeza. No me había percatado. Yo jamás lo saludo con algún gesto. Abro la puerta, nos miramos y lo hago pasar. Tal vez crea que soy raro. Pero, vuelvo a darme cuenta que tampoco lo hago con nadie, no saludo a nadie. A las chicas no les doy besos en la mejilla, a los chicos no les doy el apretón de manos y con mis padres o parientes sólo nos decimos << hola >>. Mi familia es rara y, por lo tanto, yo también lo soy.

Taumante me presenta. Nos saludamos. Tal como dije, es un mocoso más. Su cabello enrulado es castaño claro. Es muy delgado y, realmente, no es el tipo de Tau. Ahora que lo conozco físicamente, me detendré a observar su carácter y comportamiento. Como son chicos, no ocultan su verdadera personalidad. Así que será fácil de leer. Que feliz me hace ser como soy.

-       Y estaban repartiendo helados gratis hace un momento, son de frutilla. ¿Querés uno? – Taumante le dice. ¿Me parece a mí o quiere que el chico se vaya? Ah, cierto, mi parte del trato.

-       Dejalo tranquilo Tau, acaba de llegar – le digo relajado. No voy a dejar que obtenga lo que quiere. Lo conozco, no va a parar hasta lograrlo.

-       Tampoco me gusta el helado.

-       ¿No te gusta? ¿Y qué tomas en verano? – le pregunto sorprendido. Sé que los gustos son infinitos, pero es la primer persona que escucho que no le agrada el helado.  

-       Tomo licuados. Me gustan más.

-       Mirá vos. Sos la primer persona que escucho que no le gustan los helados.

-       A mí no me gusta el helado de frutilla – dijo Taumante y creo que ya se lo escuché decir, pero claro, no estaba Levo. 

-       ¡El licuado de frutilla es riquísimo.

-       No, no, no. Odio la frutilla – negaba con la cabeza.

Comienza a sonar un tema aún más desagradable, será cosa molesta de la vida que cuando uno asume que está sintiendo cosas por otra persona, suenan los clásicos temas románticos. “Somebody To Love”, “You Are Always On My Mind”, “Total Eclipse Of The Heart”, “I Won’t Last A Day Without You”. Cierro los ojos y niego con la cabeza. Luego, los abro y busco los ojos de Taumante, está furioso. Eso me hizo reír internamente. Quiere que me retracte. Parece que Levo me cae mejor de lo que pensé.

Pero después arruina la imagen que creé cuando volvió la lista de reproducción común del club y dijo que le gustaba esa música.

-            ¿En cerio? ¿Y sabes qué dice? – le pregunto totalmente perplejo.

-            Habla de una gata que no quiere maullar – responde orgulloso.

-           Que buen oído. Yo no entendía lo que decía – mentí, otro punto a mi favor. Levo no tenía el mismo gusto musical que yo y, por lo tanto, que Tau. 

-           Me voy a tirar a la pileta. ¿Vamos? – Taumante le preguntó al otro para que lo acompañara.

Levo se puso de pie. Ambos se van al agua. Los dos nadan muy bien. Tau tiene muchas destrezas, podría ser un gran deportista, su viejo es muy alto y eso le va a permitir desarrollarse como un profesional. 

No pasaron ni cinco minutos que el mocoso ya está de regreso. Se aseguró que Levo estuviera distraído con otros amigos. Su plan es perfecto, hacer que Levo se tirara al agua para así dejarme solo cuidando los lugares, ya alguien se tiene que quedar a cuidar las cosas, su maldita mochila perdida; y ahora que Levo está ocupado va a querer que me retracte.

Cuando ya está fuera de la pileta, hago lo que primero que se me ocurre. Me tiro al agua dejándolo más enfurecido. Bendita sea la hora que te encontré Tau. Soy tan feliz de verte así. Soy tan malo. Voy a torturarte un poco más. Quiero llevarme cada gesto, cada suspiro, cada lágrima, cada recuerdo de este chico para así sobrevivir a estos cuatro años sin él.

Hacía mucho tiempo que no nadaba, que relajación, que buena fuente de energía. Me estaba enfriando completamente. Estaba haciendo más calor que ayer. Eran las siete cuando Tau se fue a su casa después de ver esa película. Que mala que es. Pero la pasé muy bien con él. Lo único que hice fue observar sus expresiones mientras él miraba la película tan concentrado. Había cerrado las cortinas para poder mirarlo sin que él le supiera. No veo la hora de que crezca. Pido cinco años más, para lo cual yo voy a tener veinte. Y aún así, voy a seguir siendo un pervertido. Tengo que esperar a que cumpla dieciocho. Y eso son ochos años más de lo que tiene ahora, lo que significa que yo voy a tener veintitrés. Miro el cielo, suspiro. No sé si voy a poder aguantar. A los quince me parece justo. Yo ahora tengo esa edad, y ya tuve muchas novias. No hicimos más de lo que con ropa se puede hacer, pero cuando Tau los tenga, yo si voy a querer hacer esas cosas y nuevamente voy a estar en la disyuntiva de corromperlo o no. ¿Y si tiene novia? ¿Y si otra lo corrompe? Voy a asegurarme que me mantenga al tanto de todo. Cuando él lo crea conveniente va a venir a hablarme del asunto y ahí es cuando yo le hablo de lo que siento. Cosa de arruinarle el momento con la noviecita que tenga. Bueno, no es de maligno, pero él me está arruinando mi momento ahora. No puedo estar con nadie porque estoy con él, en pensamiento.

Y no puedo seguir pensando más, veo a Taumante caminar desde los lockets. Sonrío, viene por su recompensa. Pues voy a hacer que sufra un poco más. El chico se tira, su cuerpo aún es tan pequeño, le falta tanto por trabajar. Necesita ejercitarse. Se lo diré después de que me atrape. Ahora es hora de nadar, Tau se acerca demasiado rápido, va a poner a prueba mi resistencia.

Comenzamos una persecución debajo del agua. Vamos con cuidado, hay muchas personas. Nos reímos cuando cruzamos miradas y finalmente dejo que me alcance. Ya me había cansado. Ese chico tiene pilas interminables.

Ahora el acorralado soy yo. Estoy en la esquina de la piscina. En la parte onda, no quiero hacer nada que ponga en peligro al mocoso.

-         Salgamos y hablamos.

-         ¿Lo prometes?

-         Si, lo hago.

-         Bien – todavía me cree, me da pena. Pero no me importa, un trato en un trato.

Ya afuera, nos secamos al sol. Nos sentamos en unas nuevas reposeras que encontramos. Levo seguía hablando con otros chicos. Ya no podía contar con su presencia para extender más mi parte del pacto.

-            ¿Y bien? – dice a penas nos sentamos. Tan insistente como siempre.

-             ¿Comiste todo el helado? - pregunto mirando a la nada. Me hago el interesante.

-            Vos mismo lo viste – reprocha moviendo la mano.

-            Yo vi que terminaste el helado, pero no que lo hayas comido todo.

-            Pero si no quedó nada – suena desesperado, pero no voy a declinar mi idea.

-            Insisto. Lo terminaste, pero no era todo el helado.

-            Si lo era.

-           Creo recordar que yo le di un mordisco – giro para mirar su rostro. Sí, esa es la expresión que quería. No sabe qué está pasando -. Yo comí de él, por lo que no lo comiste todo, simplemente terminaste lo que yo empecé.

Estoy esperando por una feroz reacción. Debe estar furioso conmigo, desde un principio sabía que no iba a ganar y dejé que lo comiera todo. Suena triste, pero no me arrepiento de nada.

-           Cuando regreses, no sólo no voy a ser más caprichoso si no que me voy a volver más inteligente – lo dice tan convencido que no se percata que tiene los ojos vidriosos. Es una ternura. No voy a dejar que cambies por tratar de ganarme, porque para cuando yo regrese, voy a estar peor que ahora.

-           Ya sos inteligente. Yo soy el que no sabe comportarse. ¿Te parece que vayamos a casa? Estoy un poco cansado de esta música.

-           Entonces nos quedamos – se cruza de brazos.

-           Me parece perfecto - me rasco la barbilla -.  Aunque iba a comprarte un helado de naranja. Pero bueno, supongo que me estas ayudando a ahorrar.

-           Mejor nos vamos – se pone de pie -, a mí tampoco me gusta esta música.

Ese es mi mocoso, bien consentido. Me río por dentro mientras lo acompaño a buscar sus cosas. Saludamos a Levo. Aún lo siento mi enemigo pero ni me preocupo. Todavía falta mucho para que sientan algo más que una amistad. Me di cuenta que no tuve tiempo de conocer a los que podrían llegar a molestar a Tau por ser bueno en fútbol. Pero sé que ésta no va a ser la única vez que venga con él. 

Vamos caminando a mi casa. Miramos a todos lados para encontrar un kiosco mientras yo lo voy abrazando. Me encanta aprovecharme del momento. Somos dos chicos, casi que él podría ser mi hermano y no sonaría sospechoso si estuviéramos así, ya que somos hermanos. Si fuera una chica, también pasaría por mi hermanita pequeña. Qué triste. Cinco años tengo que esperar, cinco largos años.

Le compro el helado al consentido este y nos vamos a su casa, está muy contento con esta atención que le di. De paso, ahora que tiene ocupada la lengua, hablo yo.

-         Cuando dijiste que no sabías cómo comportarte conmigo porque era tu primer amigo me sentí igual. Yo tampoco sé cómo tratarte, y la única forma que encuentro es molestándote. 

-         Entonces, ¿yo no te molesto?

-         Ya dije que no. Vamos a hace esto, cada vez que pienses que me molestas un perrito se va a morir. Va a ser culpa de tus malos pensamientos.

-         Dione - se detiene y me agarra del brazo -. No soy idiota. Además, si vos nos me das motivos para hacerlo, no voy a pensar más en eso.

-         Para algunas cosas tengo que tratarte como un nene y para otras sos un completo adulto – tengo rabia contra este chico maduro/inmaduro.

-         ¿En qué cosas me tenes que tratar como chico?

-         Te estoy molestando, Tau – no quiero entrar en una pelea, así que lo evado.

-          Está bien – reanuda la caminata –, yo tampoco tengo ganas de discutir. Pero no creas se termina porque vos lo decidís. Se termina porque yo lo digo – me saca la lengua y sonrío, tiene la lengua naranja.

-         Yo también lo digo – oh, miro al cielo, el juego de quién termina primero.

-         No voy a caer – dice tarareando.

-         Lo mismo digo.

-         Shh.

-         Shh vos.

-         Sh.

-         Sh.

-         Podemos estar toda la tarde así – sonríe divertido. Ahora parece un chico de su edad. Disfrutaré de sus diez años y de todos los que sigan, hasta que lo corrompa.

-         Algún día vas a tener que dormir.   

-         Lo mismo digo – dice sonriendo.

-         Bien.

-         Perfecto.

-         Te dije que ya me voy, ¿no?

-         Si, y siempre te encargas de hacérmelo recordar.

-         Es para que vayas pensando en un regalo de despedida. Algo para que pueda recordarte.

-         No tengo nada que me represente.

-         Eso es cierto, me gustaría llevarte.

-         Eso es secuestro – sonríe. Y no necesito que me lo diga, ya lo sé. Lo pensé mucho. Tampoco entras en una valija. Sos chicos para algunas cosas y grandes para otras.

-         Tu libro favorito, podría ser.

-         Entonces quiero algo tuyo también. Así no te olvido.

-         Pronto llega tu cumpleaños.

-         No soy materialista, pero quiero algo tuyo. No quiero nada nuevo.

-         Demanda tras demanda. Voy a ver qué te puedo regalar, empaqué todo y ya lo llevamos allá.

-         Ya estamos llegando a casa. Acá es donde te vas – directo, no se da cuenta cuando lo dice. Cómo me duele cuando llegamos a una cuadra de su casa. Tengo que dejarlo acá por si Dike ronda por el barrio. 

Le doy un beso en la mejilla y ambos nos sorprendemos. Nuestros ojos están bien abiertos. Cierto que yo no saludaba. No lo pude evitar. Necesito tener contacto con él y esta es otra forma de conseguirlo. Lo abracé, lo acaricié y le sequé las lágrimas. Ahora era tiempo del beso, no quiero estar toda la vida sin saludarlo. Más cuando otros podrían estar teniendo este privilegio. Sorprendidos como estábamos, nos fuimos cada uno para nuestras casas.

Se acerca el día de la despedida, primero tengo que hablar con Dike. Despedirme de ella para que no crea que estoy enojado. Que no le corresponda no significa que la odie.
Y por último, lo que me va a costar más, es decirle a Taumante qué es lo que me tiene tan bipolar. Trataré de ser lo más sutil pero explicativamente correcto posible. Tiene que saber que me gusta, que no es un simple amigo porque no puedo verlo como tal. Es mucho más que eso. 
Autora: ferdeimos
Revisión: Alice
Fotografía: J. C. González.

Amar es amar




Los hechos y/o personajes de la historia son ficticios, 
cualquier semejanza con la realidad es mera coincidencia


Nos vemos lueguito...


Bajo licencia Creative Commons CC BY-NC-SA 3.0,
                                          como se detalla en http://creativecommons.org/licens.  

No hay comentarios:

Publicar un comentario

¿No te hace bien expresarte?
Dí lo que quieras (: