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Capitulo 7: Mi problema
<< Todavía no lo puedo
creer, hasta mi mamá se sorprendió, no toqué ni un raviol… y eso que adoro las
pastas y más cuando tienen muuucho queso. Pero es que no logro entender lo que
Psámate me dijo hace apenas una hora. ¿Será cierto? ¿Ceto gusta de mí? Es que
no es posible que pase esto, no soy de esas chicas por las que los chicos se
dan vuelta al pasar, nadie suspira por mí.
Tampoco quiero hacerme la
cabeza imaginando que tengo dos pretendiente. Nereo está desaparecido de mi
vida y Ceto… lo odio, dejó a Euribia porque le gustaba otra chica y ahora
resulta que ese misterio fue resuelto, supuestamente esa chica soy yo. Y eso me
pone mal. ¿Cómo lo voy a ver a la cara? ¿Cómo me voy a enfrentar a Eu? O sea,
tampoco él se confesó, fue algo que su hermano dijo al aire. Podría hacer como
que nunca lo escuché o que, como dijo Psámate, tengo que revisarme lo oídos
porque escucho mal… sí, eso, debí haber escuchado mal… Aunque se perfectamente
que dijo “Bien”, escuché malditamente bien… Justo hoy tenían que funcionar bien
el maldito sentido del sonido… maldito… maldito Ceto, maldito Psámate… maldita
yo y mi maldito cerebro…
Todavía me gusta Dione, aunque
no sé nada de él. Dejó de escribirme de un día para el otro, voy al ciber por
si acaso me envía algún correo, pero no, nada. Está desaparecido… ¿Seguirá
hablando con Taumante? Ese chiquito está misterioso… ¿y si reviso el correo de
mi hermano? Tendría que saber su contraseña, pero dudo que sea complicada,
seguro que debe estar relacionada con alguna banda de esa música asquerosa que
escucha… Desde hace tiempo que está obsesionado con los Guns & Roses, una y
otra vez suena el mismo disco, particularmente un tema… que ni idea de cómo se
llama, ya se lo voy a preguntar… Tengo que aprender inglés, ignorante a más no
poder… ¿Será que Taumante sabe inglés? Me estoy pegando un tiro si el chiquito
sabe más que yo. Estoy perdiendo mi tiempo con estupideces… ¿Cómo hace para
tener tanto tiempo para aprender? ¿Qué pretende ser? ¿Doctor? ¿Astronauta? ¿Qué
onda? Que se deje de leer y que viva más la vida…
Bueno, tampoco vivir la vida es
esto que hago yo. No puedo estar siempre pensando en el amor, enamorarme de
alguien, que alguien guste de mí… Me hizo mal estar con Nereo, me hizo conocer
algo de lo cual estaba ajena, y me gustó. Extraño andar de la mano, sonreír por
cualquier cosa, por más estúpida que sea, si estaba con él, era graciosa. Mis
labios extrañan la húmeda sensación de ser rosados por otros… ¡Quiero un novio
ya!
Y hablando de novio… tengo una
vaga sensación no muy buena dentro de mí. Cuando salía con Nereo, me gustaba su
primo (me gusta aún) y ahora que sé que Ceto gusta de mí, me gusta su hermano…
¿Qué significa esto? ¿Soy una infiel crónica de pensamiento? Si saliera con
Ceto, ¿me gustaría más su hermano? No quiero pensar más, pero da para hacerlo.
Lo que me llevó a romper con Nereo, además de la idiotez que se mandó, es que ya
no quería estar con él. No quise arreglar las cosas porque ya no estaba
enamorada de él… Me gustaba Dione, y ya no podía hacer nada… ¿Me gustará lo
prohibido? Esto me está llevando a cosas no buenas… un lugar oscuro del ser
humano, infidelidad… y no quiero eso… Tal vez tengo que buscarme a alguien que
no tenga a nadie en este mundo, ni siquiera un amigo, nada. Tiene que estar
solo para que yo sólo guste de él, que no tenga un familiar extraordinariamente
hermoso como Dione o extraordinariamente peligroso como Psámate…
Dione es inteligente, educado,
tiene una mirada intensa y estructurada, una sonrisa que te hace estremecer los
músculos del estómago… postura serena y
fría… tan calculador… Realmente es muy atractivo y tiene buen sentido de moda,
se viste tan bien, me da envidia. Siempre con esos pantalones con cuadros o
rayados, con sus dos típicos colores,
rojizo y negro; sus remeras rockeras, sus cadenas y ese encantador arito
en su oreja derecha… Es perfecto…
Y yo que quería olvidarme de
él, el corazón me está latiendo de prisa y no lo puedo detener. Ningún otro
chico me había impactado tanto como Dione, y no sé por qué… de sólo pensar que
trabajé para él, que dormí en su casa, que me curó las heridas de la pelea con
Galatea… estúpida tarde fue esa… no sé por qué reaccioné de esa forma, tan
irracional.
Recuerdo tan bien esa tarde…
Dione me llevó hasta su casa para sanar los pocos rasguños que Galatea había
infringido en mi rostro. Él no quería que mis padres me vieran así, estaba
despeinada, con la ropa desarreglada y con la cara un poco sucia. Mi corazón
había recuperado su ritmo habitual. Había podido recuperar la respiración
normal.
Durante el camino repasaba
mentalmente lo que había pasado esa tarde, dejé a Nereo, cité a Galatea en la
plaza para luego golpearla fuertemente, llegó Dione pacíficamente con la
intención de aplacar la pelea y terminó
siendo golpeado por su primo…
Le pedí perdón y sentí un
escalofrío recorriéndome la espalda. Sabía que había perdido toda esperanza de
poder gustarle. A Dione nunca le gustaron las peleas y menos si involucraban a
chicas.
Él se limitó a caminar, sin
decir nada, con la cara tensa. Nunca lo había visto así. Es tan seguro de sí
mismo. Cómo alguien puede recibir un golpe directo en la cara y no estar
adolorido. Su rostro no reflejaba malestar y eso me hacía enojar más, ¿es una
divinidad? Seguramente, Nereo golpea como una nena… eso era más probable.
Habíamos llegado a su casa muy
rápido, todavía tenía ganas de quedarme entre sus brazos. Eran tan cálidos, tan
fuertes y seguros. Abrió la puerta sabiendo que no había nadie que nos
interrumpiera. Me dejó pasar. Me hizo sentar en la silla del comedor y se
dirigió, supuse yo, al baño a buscar el botiquín, porque eso fue lo que trajo.
Con sus dedos largos y finos, tomó algodón y lo desprendió del montón. Levantó
la mirada, por primera vez me miró a los ojos. No lo había hecho en todo el día
desde que llegó a la plaza. Debió de estar muy sorprendido por mi escenita
deplorable.
Me dijo que me fuera a lavar
car, pronunciando mi nombre con un tono tan triste y autoritario. Me rompía el
corazón de solo escucharlo y ahora que lo recuerdo, me lo vuelve a destrozar.
Qué patética.
Fui al baño, no me costó
encontrarlo, ya estaba preparado para mí, la puerta abierta y la luz encendida,
faltaba un cartel luminoso que dijera “Aquí”. No había forma de perderse.
Regresé con la cara limpia y
olor a la toalla de Dione, de la familia de Dione. No podía estar pensando en
esas estupideces en ese momento, él ya no me vería como posible novia, ya no
había esperanzas. Pero a veces las
personas no logran comprender bien las cosas, saben qué es lo que pasará si
toman la decisión, pero igual optan por ella. Y yo hice eso, sabía que no había
ni una posible esperanza que Dione me correspondiera, pero igual actué.
Cuando él acercó el algodón con
alguna sustancia en ella, lo tomé por sorpresa de la muñeca derecha, con la que
sostenía el algodón, y lo acerqué a mí muy rápido. Dione tenía los ojos bien
abiertos, como dos caramelos de dulce de leche rellenos. Yo estaba agotada,
rendida por la pelea con Galatea y por saber cuál sería la respuesta de él.
“No, Dike”, me dijo mirándome
nervioso, pero no se apartó. Supuse, en ese momento, que él quería que lo
hiciera, lo que sabía que estaba a punto de hacer. Él quería probar cómo era
besarme. Y no dejé que se alejara, tomé coraje, mucho coraje y lo besé. Cerró
los ojos, qué hermoso momento. Mi corazón volvía a latir desaforadamente. Casi
me daba un infarto. Todo me daba vueltas. Era consciente que no nos quedaba
mucho tiempo, pronto tendríamos que separarnos para poder respirar.
En voz baja volvió a repetir
las mismas palabras, “No, Dike”. ¿Qué me quería decir? ¿No le gustó el beso?
¿Pensó que iba a ser otra cosa? Por un momento creo que iba darme alguna
explicación, algún rastro de su inexplicable respuesta, pero no lo hizo. Sus
labios se arrugaron formando una línea y no dejaba de mirarme fijamente.
Finalmente se apartó, me dijo
que me marchara y me dejó espacio para respirar, lejos de su aroma seductor y
varonil.
Claro que tenía que irme, tenía
que pensar, poner mis ideas en orden. Pero no podía apartar los ojos de su boca
recién lamida por su lengua que saboreó mi sabor en ella. No podía moverme.
Algo me retenía. Estaba cautivada por los labios de Dione, los quería otra vez
sobre los míos.
Cerró los ojos, su respiración
tampoco era normal, por lo que me sentí aliviada de no ser la única afectada.
Cuando los abrió cambió totalmente su mirada. Ya no estaba confundido, otra vez
estaba serio, observándome cada vez más intensamente. ¿Buscaba algo en mi
cabeza? Creo que todo estaba dicho. Pero, por si acaso, y para embarrarla más,
le dije lo que sentía. Le dije que me gustaba y eso fue el final. Frunció el
ceño y movió la cabeza en señal de negación. Se acercó a mí y pasó de largo,
hasta la puerta y la abrió. Susurrando,
pero determinado, me pidió que me marchara. Su decisión era ineludible.
¿Repitió dos veces cada cosa
que dijo? “No, Dike” y “Tenes que irte Dike”
¿A qué vino todo esto? Paralizada y débil, traté de moverme pero mis
pies no se movían. No quería hacerlo. Había arruinado nuestra relación, pero él
también me había besado, él también lo había arruinado.
Observó mi reacción todo el
tiempo que me quedé parada. Malinterpreté todo. Tenía que irme. Todas esas
vanas ilusiones, vagas e incoherentes esperanzas, se habían esfumado. Él no
gustaba de mí.
Crucé rápidamente la puerta,
consciente de que Dione me seguía con la mirada. Noté que intentó decir algo,
pero cerró la boca. Listo, necesitaba abrazar a mi orgullo y volverlo a
rearmar…
Que tarde nefasta… Que mal que
la pasé. ¿Algo más podría pasarme? Claro que no, tampoco soy parte de una
novela dramática… Volví a mi casa, me abracé a mí misma y lloré hasta quedarme
dormida.
Lo tengo que olvidar, fue una
experiencia dolorosamente interesante. No le voy a dar más vueltas al asunto.
Lo tengo que dejar pasar, reprimir la voz de adentro que necesita hablar con él
para asegurarse que está todo bien, que lo hecho quedó atrás. Eso me
reconfortaría. >>
Revisión: Alice
Los hechos y/o personajes de la historia son ficticios,
cualquier semejanza con la realidad es mera coincidencia
Nos leemos dentro de dos semanas
Bajo licencia Creative Commons CC BY-NC-SA 3.0,
como se detalla en http://creativecommons.org/licens.
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