Capitulo 6: Ciber Castell
<< Querido
diario:
Mi
primer día de trabajo fue un poco duro. Nereo no me pudo acompañar, tenía que
hacer unas cosas con su hermana y hoy llovió.
En el ciber no había
mucha gente, sólo estábamos un niño, Dione y yo. También estaba el silencio que
nos acompañó durante una hora y media.
Dione, en lo poco que
dijo, me comentó que los días donde diluvia, no hay muchas personas que salen
de sus casas y, por lo tanto, no hay clientes.
Luego de un tiempo,
entraron un grupo de chicos, amigos de Dione. Todos iban a la escuela juntos.
Uno se llamaba Proto (simpático), el otro se llamaba Cranto (su nombre todavía
me causa gracia jajaja. Es muuy alto. Pasaba la puerta. Tiene 18 años y repitió
varias veces) y el último era Melpómene (mucho no me cayó bien, es arrogante y
se reía de mí, o al menos eso me parecía a mi). Estuvieron con nosotros hasta las
17:00. Seguía lloviendo cada vez más.
Los chicos grandes no
son feos, no sé por qué no nos interesaron los chicos más grandes de la
escuela. Es cierto que Ferusa y Actea son las que tienen más acercamiento
con ellos que el resto del grupo. A mí no me gustó ninguno nunca, sólo tenía
ojos para el único que siempre me gustó, Nereo.
Recibí un llamado de
mi mamá a las 17:30, me dijo que me quedara a dormir en la casa de Ferusa
porque llovía mucho. Ferusa vive al lado del ciber, a doce cuadras de mi casa y
a 4 de la escuela.
Así que bueno, cuando
los últimos clientes se fueron, acomodamos el lugar para cerrar y me dijo
(Dione), que si quería, podría acomodar el ciber como se me plazca “ya es hora
de darle un toque femenino a este lugar”, me dijo.
Con eso, comprendí que
había pasado la prueba. Tenía de verdad trabajo.
Cuando llegué a la
casa de Ferusa nadie me atendió. Me acordé, al instante, de que ella se va,
todos los fines de semana, para su pueblo natal.
Lo único que se me
ocurrió, en ese momento fue llamar a un remis para que me llevaran a casa. Pero
luego pensé que eso era un gasto para la familia, y no estábamos como para
andar tirando la plata por ahí. También se me ocurrió pedirle prestado el
teléfono a Dione para llamar a mi papá para que me pase a buscar, pero no
quería tener que escuchar un sermón, hasta casa (y dentro de ella también),
acerca de lo mal que hice en conseguir trabajo y no tomar las responsabilidades
que requería. Si fui sola, tenía que volver sola. Si llovía y no llevé paraguas
era mi culpa… Si es mi culpa, pero también de los del servicio meteorológico
que no saben hacer bien su trabajo.
Yo confié en ellos,
dijeron que no iba a llover… Bueno, tal vez dijeron que si pero… ¡no de esta
manera!
La cuestión es que
decidí no llamar a mi papá pero si ir con Dione. Sabía que él no iba a negarse.
Así que volví al ciber y toqué el timbre de la casa de Dione, que está al
lado. Me atendió Dione con pijama y todo. (Estaba muy bonito).
Yo estaba empapada,
pero él me ayudó y me dejó quedarme a dormir en su casa. Estábamos solos,
sus padres se fueron a comer a lo de Nereo y lo dejaron solo a él con el ciber.
Vaya padres que le tocó.
Comimos juntos unas
salchichas del congelador y nos dormimos en el living, cada uno en un sofá-cama
diferente. Los dos sabíamos que Nereo era el personaje más importante.
Además, ¿qué sé yo si
él cree que soy bonita? Sólo lo estoy pensando, me estoy ilusionando con algo
que recién empieza. Estoy pensando de más.
Para distraerme un
poco y dejar de creer que al primo de Nereo le gusto, voy a dibujar al ciber.
El ciber Castell tiene
39 maquinas, de las cuales, para fumadores hay 20 y para no fumadores 19.
Me llamó la atención
que hayan más computadoras para personas que fuman que para las no que no, que
creo yo que somos la mayoría.
Pero Dione hizo una
estadística, de cada 7 personas que entran, 5 fuman, 3 miran pornografía, 6
juegan y uno chatea. Yo creo ser la uno que chatea.
De esto también pensé
otra cosa, tenía en mente que el ciber era privado, pero ahora es obvio que no.
Es bastante
interesante esto de las computadoras, tendría que averiguar si hay alguna
carrera para trabajar con computadoras.
Bueno, te dejo, ya
estoy en casa y tengo que ir a comer mostachones con la abuela.
Espero poder olvidarme
de Dione o de, por lo menos, dejar de verlo como una persona de la cual puedo
enamorarme. Tengo que mentalizarme que es el primo de Nereo, el amor de mi
vida, el que tanto me costó conseguir… Aunque no hice nada más que ser yo misma
e ignorarlo un poco para que se diera cuenta que yo era importante para él.
Pero eso tampoco lo hice con ese fin. Yo estaba enojada con él, nada más.
Espero que, si algún
día le tenga que contar a mis hijos como me conocí con Nereo, no quede tan
patética diciendo que siempre me gustó, que estaba callada observándolo
mientras Galatea estaba con él. O algo peor, decirles que siempre me gustó
Nereo, pero que acepté ayudar a Galatea para que saliera con él. Eso fue lo
peor que pude haber aceptado.
Chau. Dike. >>
Me encanta *__* Soy nueva y de verdad que tu historia me ha dejado con muchas ganas de más. Te dejo un blog que tambien me encanta por si te quieres pasar: http://sonsofwaterandfire.blogspot.com.es/
ResponderEliminarEspero tu proximo capitulo. Muchos besitos :D