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Capitulo 8: Incluyendo al perro
<< Aprovecho
esta inspiración para describir a los integrantes de mi familia. Comenzaré con
mi perro, Timoteo. Tiene tres años, o sea que nació hace tres años, cuando yo
tenía 10. Su madre se llamaba Timo y su padre Teo, por eso le pusimos Timoteo.
Es fuerte como su padre, molesto y mimoso como su madre.
Come de todo, no le hace asco a nada. Comió hasta su casa un
día. Ladra todas las noches y duerme todo el día. Es amigable con Forco y Taumante. Con mamá y
conmigo mucho no se da. Pero a veces, cuando quiere mimos, viene con nosotras.
Aunque parezca más grande y es muy lindo para su edad,
Taumante tiene diez años y medio. Le gusta el rock&roll. Es muy molesto y,
todo lo que tiene de molesto, lo tiene de lindo, como dicen mis compañeros.
Tiene ojos verdes y su color de pelo es rubio. Mide 1,65
metros y pesa 51 kilos. Muy bien no nos llevamos, pero de vez en cuando me pide
que le dé consejo para hablar con chicas. Aunque es muy lindo, todavía no tuvo
novia… Que yo sepa… Además que es tímido… Y por eso le cuesta relacionarse con
las chicas. Sólo ha hablado con mis amigas. Y algunas veces tengo que
interceder en las conversaciones. Sobre todo con Actea. Ella siempre quiere,
digamos… quiere agarrarse a mi hermano. ¡Por favor! Tiene 10 años… ¡Es muy
chiquito e insoportable!
Ahora, más que nunca, estamos unidos. Me tiene como atrapada
con lo de Nereo. Pero bueno, en el ciber vive jugando.
En los años ’70 estaban muy enamorados (me decía mi mamá),
pero como todo, llegó el fin, o por lo menos, a un punto donde no hay tanto
amor como antes.
Ese fuego que había entre ellos dos se fue apagando de a
poco. Pero bueno, siguen igual que antes. Él trabaja todo el día y ella
también. Ojalá que a mí nunca me pases eso con Nereo o con otro…
¿Acabo de decir con otro? Si Nereo es el amor de mi vida. No
entiendo nada de lo que me pasa en la cabeza.
Yo siempre quise a Nereo, aunque sabía que no iba a tener
oportunidad (porque no me imaginaba nada de lo que en su cabeza estaba
pasando), yo seguí prendida de él.
Ayer fuimos a tomar un helado. Hacía frío pero no nos
importó. Estuvimos dentro de la heladería riéndonos mucho, hablando de qué
queríamos hacer en el futuro. Me dijo que no le importaba qué iba a ser de él
ya que solo quería estar conmigo. ¿No es un amor?
Después me dijo algo que no me gustó. Habló con Galatea. Se
amigaron. El problema no es con él, sino con ella. ¿Qué se le estará cruzando
por la cabeza a Galatea? Seguro que debe estar enojada todavía porque Nereo la
dejó por mí.
Encima me dice que ella quería hablar conmigo para arreglar
las cosas. O sea, yo le dejé en claro que no quedaba nada más que decir, que
esa relación rara que teníamos se había terminado y que ya nada más. ¡Qué tipa
molesta!
De todas formas… lo que más me gusta de estar con Nereo son
los besos. No sé qué hacía yo sin saber lo que eran. Los labios de las personas
pueden ser muy cálidos cuando se quieren. ¿Cómo será besar a Dione.
Tengo que borrar o eliminar esto que estoy escribiendo… Nereo
es mi novio, ¿entendés cerebro? Basta de pensar en Dione sólo porque lo viste
un par de veces y te parece re lindo, re tierno, re dulce, re bueno, re
inteligente y re gracioso. Trabajar con él fue la peor elección que el destino
tuvo para mí. Todo por culpa de Taumante. ¡Ojalá que te pase algo malo por esto
que me estás haciendo pasar! Mejor no, a ver si después te pasa algo y me
siento mal. Pero espero que sufras en el amor. Eso es lo peor que se le puede
desear a alguien. Y punto, me enojé.
Chau. Dike >>
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