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Capitulo 16: ¡Feliz Cumpleaños Ferusa!
Dike
se miró al espejo. Tenía los párpados inflamados y principio de ojera. Todas
las noches, después de su separación con Ceto, fueron interminables. No quería
estar a solas con su cabeza. No quería pensar en todos los posibles escenarios
que se le plantearon en la mente con tan solo diez minutos de dialogo y un beso
que vio. Su hermano trataba de animarla incluyéndola en sus tardes de lectura,
pero ella no respondía.
Nunca
había pasado por algo tan fuerte y doloroso. Ceto la había cambiado. Su forma
de sentir era diferente, no fue como cuando terminó con Nereo. Estaba sufriendo
su primer perdida amorosa. Había sostenido, con sus manos, las manos del chico
que quería con toda su alma. No quería renunciar a él tan fácilmente. Quería
darle una oportunidad para que se defendiera, para que pudiera explicarle qué
era lo que ella había visto que no encajaba con la perfecta descripción de
infidelidad.
Taumante
estaba vestido con un traje azul ultramar, una camisa blanca y una corbata que hacía juego con el
traje. Metis lo estaba peinando y acariciando mientras esperaban por la hermana
mayor que aún estaba arreglándose en su cuarto.
Metis:-
Estas hermoso bebé.
Taumante:-
(Protestando) Mamá…
Metis:-
Ay, Tau, no te quejes.
Taumante:-
Hermosas son las chicas.
Metis:-
Los chicos también pueden ser hermosos, o por qué crees que me casé con tu
papá.
Forco:-
Siempre me lo pregunto.
Forco
llegó, estaba extrañamente bien vestido. Él iba a ser el que llevaría a los
chicos al salón de fiesta. Aunque primero deberían pasar por la casa de Euribia
y luego ir al destino.
Forco:-
(Miró el reloj) Después dicen que llego tarde…
Metis:-
Voy a ver si Dike necesita algo.
La
mujer subió la escalera y se encontró con su hija. Una chica completamente
diferente a lo que padecía por dentro. Dike tenía un vestido corto color azul
cobalto, strapless con escote en forma
de corazón con aplicación de pedrerías y un fajín. Lo acompañó con una collar y
aros con pequeñas perlas blancas. Los zapatos eran blancos, sin taco y tenían
pedrería.
Forco:-
(Con una ceja en alto) ¿Así vas a ir Dike?
Dike:-
(Sonrió) Siii.
Forco:-
Menos mal que va Taumante para cuidarte.
Dike:-
No va a pasar nada, pá.
Forco:-
¿Nada? No sé cómo es que la dejas ir así Metis.
Metis:-
Bueno Forco, a ella le gusta.
Forco:-
¿Cuánto salió? Porque me imagino que no estaba de oferta. Su buena plata habrá
salido.
Dike:-
(Triste) Bueno, pá.
Metis:-
Dike nunca pide nada, tiene buenas notas en la escuela y este es su primer
quince.
Forco:-
Ya le compramos el celular.
Taumante:-
(Pellizcándose el pómulo izquierdo) Este… pa… Yo también quiero uno.
Forco:-
No es momento Taumante.
El
clima no era del todo perfecto, pero los tres se fueron a buscar a Euribia. La
chica tenía un vestido color amarillo claro con tiras que se sujetaban al
cuello, con escote en forma de corazón, al igual que Dike, y con aplicación de
pedrerías. Sus zapatos era iguales a los de su amiga y, en vez de llevar un
collar de perlas, tenía una pulsera.
El
viaje hasta la fiesta fue totalmente espantoso, el clima seguía tenso. Taumante
estaba sentado en el asiento delantero y las chicas atrás hablando en voz baja.
De todas formas, la radio estaba reproduciéndose para apaciguar sus palabras.
Euribia:-
¿Viste como se me marcan las tetas?
Dike:-
Vas a hacer que todos te miren Eu.
Euribia:-
Es a lo que venimos, ¿no?
Hacía
mucho frío cuando se tuvieron que bajar del coche. Forco se fue sin saludarlos.
Dike sabía que se le iba a pasar, pero siempre les hacía pasar un mal momento
en frente de las personas.
Ingresaron
al salón y allí estaban todos los demás charlando y molestando a otros. Los
varones estaban todos de traje, algunos de negro y otros de azul ultramar como
Taumante, pero prevalecía el negro.
Euribia:-
¡Qué difícil fue encontrar el vestido perfecto!
Dike:-
Yo miré la invitación. Ferusa usó el celeste, así que supuse que vestirá de
algún color parecido… o no, viste como es ella…
Euribia:-
Sabiendo que el vestido de la quinceañera siempre es llamativo, opté por uno
que no lo sea tanto. Ella es la protagonista y no merece ser opacada.
Dike:-
(Rodando los ojos) Menos mal que dijiste “tanto”.
Euribia:-
No tengo la culpa de tener tanta delantera.
Dike:-
Bueno, yo no me quedo atrás, estoy mostrando mis piernas.
Lisiánasa:-
Todas tenemos algo por qué estar orgullosas. Lo tuyo Eu son esas cosas enormes
que tenes como tetas. Vos Dike, al igual que las que estamos entrenando,
tenemos las piernas hermosas y fuertes, tenemos todo el derecho de mostrarlas.
Euribia:-
Además, somos jóvenes. Y no están nuestros papás acá, así podemos hacer lo que
queramos.
Dike:-
Yo tengo a mi hermano.
Euribia:-
¡Cierto! Tau estaba en el coche, adelante.
Dike:-
(Levantando una ceja) Si, ¿por?
Euribia:-
Voy a preguntarle por mi vestido.
Dike
la tomó del brazo y la acercó hacia ella. Las chicas tomaron asiento y el mozo
llegó para ofrecerles bebidas. Siguiendo el consejo de Euribia de “noche sin
padres”, aprovecharon y pidieron cerveza para comenzar.
A
las diez de la noche llegó Ferusa con un vestido 100% de seda de color rosa
viejo con tornasol cobrizo. El corset tenía un escote asimétrico al frente,
strapless y cinta que se ajustaba en la espalda dándole un toque antiguo. Se
podía apreciar que el bordado era totalmente a mano en cristal cortado y
rocaille en tonos de dorado oscuro, rosa, transparente y plata. La falda era
muy grande con recogidos en la parte posterior que complementaban el estilo
retro del vestido.
Las
chicas formaban una fila, cada una de ellas tenía una rosa roja en la mano que
se la fueron dando a medida que ingresaba la cumpleañera. Los aplausos no
cesaban, al igual que las lágrimas de los familiares y amigas íntimas.
Ferusa:-
Estoy tan feliz de que hayan venido todas.
Euribia:-
¿Y cómo te vamos a fallar?
Actea:-
La única que falta es Eudora, ¿pero qué se puede esperar de ella? Nunca viene a
los cumpleaños.
Ferusa
siguió de largo, no había escuchado el comentario de Actea, pero el resto de
las chicas sí lo habían hecho. Las miradas se cruzaron, la relación entre ellas
no había avanzado para nada, seguían distanciadas.
Lisiánasa:-
(Tomando del brazo a Dike) ¿Ves, Dike? No aprendió nada.
Dike:-
(Susurrándo) Lo sé… Y me da pena.
Euribia:-
¡Está hermosa Ferusa!
Dike:-
No podía no estarlo, ella es la que sabe de moda.
Euribia:-
Si, si. Ella me contó acerca del traje de ustedes en la competencia de patín.
Lástima que no pude ir para verlas.
Dike:-
No te perdiste mucho.
Euribia:-
(Sarcásticamente) Noo, claro que nooo. Solo que Galatea estaba compitiendo y
les ganó, refregándoselos en la cara de la peor manera.
Dike:-
Gracias por recordármelo Eu.
Euribia:-
Bueno, ¡che! Es que me saca que digas que no me perdí nada.
Lisiánsa:-
Solo estaba siendo amable ante tu ausencia.
Euribia
comprendió lo que su amiga le estaba diciendo. Dike no quería que sintiera
culpa por no haber podido asistir a ese gran evento. Así que optó por abrazarla
y sentarse junto a ella.
Euribia:-
¡Pareces una sirena Li!
Lisiánasa
tenía un vestido largo con tiras color melón con incrustación de pedrerías. El
escote era en V y llevaba un lazo.
Lisiánasa:-
Gracias Eu. Y también quería aprovechar este momento, luego de no habernos
visto hace una semana, para agradecerles por haberme aceptado en el grupo. Sé
que fue difícil después de las cosas que dijo Actea sobre ustedes cuando aún no
sabían que había sido yo la que le dijo todo a Psámate. Pero creo que me
expresé bien al decirles que no la quiero.
Dike:-
Me enferma estar así, no quiero tener que estar en mesas diferentes. Ella está
con los chicos y nosotras acá… ¿Por qué no puede cambiar su forma de ser? Ser
un poco más agradable.
Euribia:-
Como lo que dijo hace un rato.
Lisiánasa:-
No va a cambiar más.
Dike:-
Quisiera que lo haga.
Euribia:-
Igual su vestido es hermoso, no hay dudas que Ferusa la estuvo ayudando.
Actea
caminaba por todo el salón mostrando su vestido largo azul egipcio, modelo
drapeado, con escote en forma de corazón. Tenía aplicaciones de pedrerías y una
abertura en la pierna izquierda bastante profunda.
Euribia:-
Pero no tiene tanta delantera como yo.
Dike:-
Alguien debería decirle que le falta un aro.
Lisiánasa:-
Supongo que tendrá que darse cuenta.
Instintivamente
Dike se puso de pie. Una mano la retuvo del brazo. Se volteó hacia Lisiánasa
que la miraba sorprendida, negando con su cabeza.
Lisiánasa:-
Si vas, vamos a volver a lo de antes.
Dike:-
Ya nada es como antes.
Logró
liberar su brazo y se dirigió hacia Actea, le dijo al oído que tenía un aro
menos. La chica se tocó la oreja para comprobar que era cierto y terminó
sacándose el que tenía. Sonrió ante el gesto de Dike y la tomó del brazo para
sentarse en unas sillas, lejos de la mesa de los chicos y de la vista de las otras
chicas.
Actea:-
Psámate me perdonó. Ahora solo quedas vos.
Dike:-
Y Eu.
Actea:-
(Torció el gesto) Si, claro, Eu.
Dike:-
¿Me estas pidiendo perdón?
Actea:-
Si, te estoy pidiendo perdón Dike. No puedo seguir así, soy la abandonada del
grupo. Ninguna de las chicas me habla.
Dike:-
Ferusa lo hace, de hecho, estas acá, ¿no?
Actea:-
Ferusa es especial.
Dike:-
Supongo que hoy es un día de confesiones y perdón.
Actea:-
(Sonrió) ¿Me perdonas?
Dike:-
(Sonrió) Si.
Luego
de emitir un chillido de felicidad, Actea abrazó fuertemente a su amiga. Tenía
los ojos vidriosos, pero Dike ya no era la misma. Ya no creía en sus palabras
ni en estas actitudes falsas que estaba teniendo. En la entrada de la
quinceañera, le había demostrado que no había cambiado para nada y ella no
podía dejar pasarlo por alto.
Dike:-
No es el momento ahora, pero me gustaría hablarte de algunas cosas. Hay
cuestiones que tenemos que tratar.
Actea:-
Bueno, lo dejamos para otro día. ¡Ay, Dike! Lo que tengo para contarte es una
bomba de tiempo.
Dike:-
(Arqueó una ceja) ¿Qué? Mejor dicho, ¿qué hiciste?
Actea:-
(Rió) ¡Cómo me conoces amiga!
Dike:-
Dejá de hacerte la misteriosa, contá.
Actea:-
Estoy saliendo con Sam.
Dike:-
¿Sam? ¿El Sam de la otra vez?
Actea:-
Siii, mi vecino.
Dike:-
Capaz porque estuvimos alejadas un poco, pero ¿no estás todavía saliendo con
Psámate? O sea, el te perdonó y ¿ahora estas saliendo con otro?
Actea:-
Si.
Dike:-
Estas saliendo con dos a la vez.
Actea:-
Hay que saber ser inteligente…
Dike:-
Mejor me voy a la mesa… No creo poder resistir esto por más tiempo. Psámate es
un buen chico, no le podes hacer eso Actea.
Actea:-
No te preocupes, lo voy a dejar. No quiero seguir saliendo con los dos. Sam lo
sabe y ya quiere que lo deje a Psámate.
Dike:-
Merece más que eso, pero bueno, algo es algo.
Dike
se retiró a la mesa donde las chicas estaban hablando con Ferusa que recién
llegaba para saludarlas y chequear que todo estuviera perfecto, como ella había
soñado.
Ferusa:-
¿Cómo la estas pasando Dike?
Dike:-
(Sonrió forzadamente) ¡Super bien!
Ferusa:-
Perfecto. Y va a seguir siendo perfecto amiga.
Dike
detectó la mirada de la cumpleañera, sabía que detrás de aquella sonrisa
cómplice y de esos ojos verdosos cristalizados de emoción, venían cosas malas
para ella. Ferusa siempre terminaba sorprendiéndola con alguna cosa que se
traía entre manos.
Ferusa:-
Tengo dos sorpresas.
Dike:-
¿Qué sorpresas?
Ferusa:-
No te preocupes Dike, nada que no quieras.
Dike:-
No me estás respondiendo… Y me empiezo a impacientar.
Ferusa:-
Bueno, bueno. La primera, y ahora deja de ser sorpresa, es que van a pasar mi
video de vida y ¡vamos a salir todas patinando en el club Ice!
Dike:-
(Resignada) ¿Por qué Ferusa? ¿Podes decirme? ¿Cuál es la necesidad de
exponernos?
Lisiánasa:-
Lo hicimos bien, yo no tengo problema.
Dike
fulminó con la mirada a su amiga para que se callara, pero el video ya estaba
reproduciéndose y todos concentraron sus miradas en él. De todas formas, la curiosidad carcomía a
Dike. Quería saber cuál era la segunda espeluznante sorpresa que su amiga tenía
preparada para ella.
Ferusa:-
Acompañame.
Tomadas
de las manos, las chicas fueron hasta el final del salón, cerca de la cocina
donde se estaba asando la carne para el segundo plato. Allí, con una remera
negra con tres triángulos rectángulos alineados rellenos con textura cósmica,
unas zapatillas de skater verdes amarillento medio y su distinguible pantalón a
cuadros rojo, estaba Dione parado, esperando por ellas.
Dike
no podía hablar, se había congelado con la mera presencia del muchacho que
irradiaba todo lo que ella quería de un hombre.
Ferusa:-
(Mirando a Dike) Nereo va a venir más tarde.
Dione:-
(Sonriendo pícaramente) Supongo que no se va a armar lío hasta que llegue, ¿no?
Dike:-
(Mirando sorprendida al chico) ¿Cómo se te ocurrió Ferusa?
Ferusa:-
Soy tu amiga.
Dike:-
(A Ferusa) Gracias.
Ferusa:-
Creo que el video acaba de terminar, voy a recibir más cariño.
La
quinceañera se dirigió hacia el centro del salón. Los chicos se miraron durante
un breve instante. Dione miraba hacia los invitados y Dike no podía dejar de
abrir y cerrar la boca. Quería decir todo lo que tenía en la mente, pero era
mucho.
Dike:-
Nereo va a matarte.
Dione:-
(Sonrió) Lo dudo.
La
carne estaba servida, todos estaban distraídos comiendo el segundo plato. La
música invadió el salón, faltaba poco para el vals.
Revisión: Alice
Los hechos y/o personajes de la historia son ficticios,
cualquier semejanza con la realidad es mera coincidencia
Nos leemos dentro de dos semanas
Bajo licencia Creative Commons CC BY-NC-SA 3.0,
como se detalla en http://creativecommons.org/licens.
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