Deimos: CyC.I.Capitulo2: Cercanos

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Capitulo 2: Cercanos

Habiendo hecho un nuevo amigo, Dione y Taumante intercambiaron números telefónicos. Dione le ofreció su número celular y el pequeño, el número de su casa. Todavía era menor para llevar semejante responsabilidad. Por lo menos eso era lo que le decían sus padres a los hermanos, aunque lo que en realidad sucedía era que no disponían de una estabilidad económica como para poder mantener tantos aparatos tecnológicos. Igualmente, para Taumante no era necesario poseerlo ya que se conformaba con un buen libro para leer por año.

El haber intercambiado teléfonos le dio la información necesaria para cuando su hermana corrió en busca de Galatea, al haberse enterado de lo que intentó hacerle a su hermano la misma noche que Nereo quiso sobrepasarse con ella.

Dione:- No pensé que me ibas a llamar tan rápido.

Taumane:- (Sin preámbulos) Dione, le dije a Dike lo que pasó ayer con Galatea y creo que va en busca de Nereo...

Dione:- (Sorprendido) ¿Qué?

Taumante:- (Desesperado) Si la ves, por favor calmala, me tomó por sorpresa y no la pude seguir.

Dione:- Dalo por hecho. – Colgó.

El muchacho no sabía qué hacer. Dike estaba a punto de estallar. Siempre supo que su hermana era una bomba a punto de explotar, pero no sabía hasta dónde pensaba llegar esta vez. Taumante comprendió que si ella se llegara a enterar de sus asiduas lecturas a su diario, iba a pasarla muy mal. Dike podía ser la chica más amable del mundo, pero también, la peor enemiga que uno le podría desear a alguien.

Cuando ella regresó sin ningún moretón, pudo respirar tranquilamente. Realmente estaba preocupado. A pesar que tenían pleitos de hermanos, él la quería y no deseaba que le pasara algo por ser imprudente.

Dike:- No te preocupes Tau, todavía no tengo ningún moretón.

Taumante se retiró a su cuarto y se acostó en su cama mirando al techo, aunque no entendía nada, con sólo leer el diario de su hermana al día siguiente, sabría lo que había pasado. Cuando logró ordenar las palabras de su hermana, se sentó rápidamente en su cama, había comprendido las palabras de ella: “Todavía”.

Taumante:- Si Dike no vino golpeada significa que fue a hablar con Nereo… lo que significa que ahora va tras de Galatea… - Piensa - Y creo que con ella sí se van a agarrar a las patadas.

Rápidamente se puso de pie y comenzó a caminar por su cuarto desesperado, era claro que Dike iba a golpear a Galatea y que él ya no podría hacer nada, ella ya se había marchado.

Dione:- (Entrecortado) ¿Sabes dónde pueden haberse encontrado? Tal vez pueda llegar a pararlas.

Taumante:- No se… La plaza… - Todo el cuerpo del muchacho temblaba y eso se notaba en su hablar.

Dione:- Tau, todo va a estar bien. Dejá que lo resuelvo todo yo.

Taumante colgó y se dirigió a la biblioteca de su casa, en la planta baja. No quería pensar más, quería sumergirse en alguna de las historias atrapantes de las que disponía y no preocuparse. Pero, aunque lo intentó, no hubo libro que lo mantuviera tranquilo. La espera lo iba a matar.

La pelea resultó ser inminente. Dike y Galatea se golpearon fuertemente. Tenían mucha ira acumulada de tantos años de odio mutuo. Junto con este pleito, se agregó la trompada que Nereo le infringió a su primo cuando éste intentaba separar a las chicas.

Taumante:- (Observando cómo Dione se coloca hielo en su cara) ¿Entonces te golpeó porque sos el culpable de que mi hermana lo dejara?

Dione:- Supuestamente, por mi culpa Dike dejó de quererlo.

Taumante:- Claro, justo. Que tonto que es.

Dione:- (Sonriendo) Nereo estaba mal. Ver que la persona que querés se te escapa de las manos es terrible.

Taumante:- No somos cosas.

Dione:- Cierto, pero la gente cree tener derecho sobre otras.

Taumante:- Bueno, creen mal.

Dione:- Eso lo decís porque sos chico.

Taumante:- Ya te dije que no lo soy.

Dione:- Pero lo sos.

Taumante:- Ya tuve mi primer beso.

Dione:- Esa muestra de superación te hace más chiquito aún.

Taumante:- Ya, callate.

Dione:- (Sonríe) Vení, teneme el hielo que me llegó un mensaje.

Taumante se acercó y sostuvo el trapo con los hielos sobre el ojo de Dione. o

Dione:- (Dejando el celular) Ahora sos muy chico para entender esto, pero recordá mis palabras, no hay ser humano que no sea posesivo.

Taumante:- Eso me asusta.

Dione:- (Ríe) Mientras que controles la necesidad de poseer a otro y no te vuelvas un maldito celoso, todo marchará bien.

Taumante observó el celular con deseos de tener uno - Tal vez me compre un celular.

Dione giró su rostro hacia el muchacho que estaba muy cerca aún sosteniendo el trapo con hielos.

Dione:- Lo que tendrías que hacer es participar del torneo de futbol. Es este verano, ¿no?

Taumante:- (Disgustado) Sí, pero no sé si pueda hacerlo.

Dione:- ¿Por qué no? – Retiró el pañuelo de hielos rozando sus yemas sobre la mano de Taumante.

Taumante:- (Viéndole el ojo hinchado) Te pegó fuerte.

Dione:- Me tomó desprevenido.

Taumante:- (Triste) Perdón. Si yo no te hubiera llamado, no te habría golpeado Nereo.

Dione tomó al rubio de sus brazos y lo atrajo frente a él, entre sus piernas. Acarició su suave mejilla y limpió la lágrima que estaba a punto de salir de su ojo derecho.

Dione:- Si no me hubieras llamado, Dike estaría en serios problemas.

Taumante:- Pero…

Dione:- (Interrumpiéndolo) Anotate al torneo. El deporte es bueno, además de los grandes recuerdos que vas a tener.

Taumate:- (Haciendo puchero) Pero este verano sale el libro “El Lord de los Vientos” y quiero leerlo.

Dione rió, Taumante era un niño consentido que tenía que aprender de la realidad - Ese Lord no va a hacerte conocer amigos y vivir nuevas experiencias. Además, podés leer el libro y participar.

Taumante:- (Sonrió) Cierto, pero no quiero.

Dione:- Hubieras empezado por ahí, no me hubieras hecho perder el tiempo tratando de convencerte, mocoso.

Taumante:- ¿Otra vez?

Dione:- Antes eras chico, te promoví a mocoso.

Dione revolvió el pelo del muchacho mientras éste se quejaba y se dirigió a cambiar los hielos a la cocina. Taumante lo siguió saltando por atrás, sonriendo. Era evidente la felicidad del muchacho al haber encontrado una persona con la cual podría hablar de lo que a él tanto le apasionaba, la lectura. Dione era un chico ordinario y muy social. Pero amaba leer, justo como a Taumante.

Taumante:- (Saltando alrededor) Me alegra que te gusten los libr…

Su cerebro le hizo callar y detener sus alegres saltos. Había pensado en voz alta. Estas cosas le pasaban sólo cuando estaba muy emocionado por algo y no podía controlar a su cuerpo.

Dione:- (Sonriendo) Yo también Tau.

Taumante:- (Apenado) Perdón, a veces pienso lo que digo…

Dione:- (Sonriendo) ¿No será que decís lo que piensás?

Esto hizo avergonzar aún más al muchacho, se había equivocado al hablar. Claramente no era una buena señal. No estaba funcionándole bien. Su cerebro estaba congelado por algún motivo. Tal vez porque ésta era la primera vez que conocía a alguien con quien compartir sus deseos, o tal vez porque su nuevo amigo era mucho mayor que él, o simplemente porque veía a Dione como el hermano que siempre quiso tener.

No era que estaba disconforme con Dike, pero hubiese preferido tener un hermano mayor. Había muchas dudas en su vida y Proto no era uno de los padres más expresivos que pudieran existir. El cariño lo demostraba con acciones, llevándolos de compras, al hospital, estando con ellos cuando más lo necesitaban, pero sin palabras. La que era más expresiva era sin dudas su madre, la cual siempre les dio los mensajes que ellos necesitaban. Metis podría ayudar a su hija en cuestiones femeninas, pero ¿qué pasaba con las masculinas?, ¿a quién le podría preguntar sobre ellas?

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Autora: ferdeimos

Revisión: Alice

Fotografía: J. C. González.