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Galatea:- (Mirando a todos lados sonriendo) Hola a todos.
A dos capítulos del final de temporada
Capitulo 11: Entre el amor y el odio. Segunda parte
Los tres caminaron hacia la casa de Nereo. Los novios iban de la
mano y Taumante iba saltando alegremente alrededor de ellos. Con el poco tiempo
que tuvieron para prepararse, Dike se vistió con un jean negro, una camisa
escocesa roja de manga larga y un sacón
gris. Llevaba con ella una mochila con ropa, de ella y de su hermano, para
quedarse a dormir. Taumante tenía la misma ropa que antes, de cuando se
encontró esa tarde noche con Galatea.
Cuando arribaron, se encontraron con los amigos del curso que
estaban cantando canciones de moda. Jugaban a cambiar algunas palabras,
manteniendo el ritmo, describiendo lo que hasta ahora, les parecía
trascendental en sus vidas.
Actea:- (Sonriendo, como siempre) ¿Cómo están chicos?
Dike:- (Mirando hacia los lados, buscando invitados desconocidos)
Bien.
Ferusa:- Lisianasa dijo que iba a llegar más tarde. La fiesta fue
algo inesperado para todos.
Dike:- ¿Cuándo se enteraron?
Ferusa:- Ayer a la tarde. No te dije nada porque pensé que ya lo
sabías.
Dike:- Si, si. Lo sabía - Mintió - Pregunté para saber cuándo
Nereo se dignó a avisar. Viste como es.
<< Tuve que mentir por segunda vez en el día. Mi límite de mentiras
por día es dos. A veces se supera cuando pasan estas cosas. Nereo les dijo a
todos que iba a hacer una fiesta, y no me dijo nada a mí, más cuando nos vemos
tan seguido. Y otra cosa, ¿no fui a lo de Eu? O sea, ¿ella no sabía? >>
Cuando los panchos ya estuvieron listos, tocaron el timbre.
Taumante, como hijo menor que es, acostumbrado a ser el que atiende el teléfono
y la puerta en la casa, se tomó el atrevimiento y atendió. Un joven de cabello
castaño oscuro y ojos azules apareció tras la puerta.
Taumante:- (Sonriendo) ¿Quién sos?
El muchacho no respondió. Otros chicos lo empujaron un poco ya que
estaban molestándose entre ellos.
Nereo:- (Llegando a la puerta) ¡Dione! Hasta que llegaron.
El
primo de Nereo ingresó a la casa junto con sus amigos, los mismos que lo iban a
visitar al ciber frecuentemente, Proto, Cranto y Melpóneme. Los muchachos
saludaron a la hermana de Nereo, que estaba en la cocina ofreciendo los panchos
para los chicos de la fiesta, sin antes haber saludado a Dike. Esto tiñó la
cara de Nereo con un tinte de celo.
Nereo:-
(Susurrando al oído de Dike) ¿De dónde los conoces?
Dike:-
(Con voz baja) Del ciber, son amigos de Dione y hace como un mes que no nos
veíamos…
Nereo:-
Bueno…
Dike:-
No te pongas celoso por nada…
<< Nereo no tenía por qué tener celos, más
cuando el que me gusta es su primo, no los amigos de él. >>
Nereo:-
¿Me das un beso?
Dike:-
En frente de todos, no.
Nereo:-
¡Ufa!
Dike
rió para terminar con la conversación, ella no lo iba a besar en un lugar lleno
de gente. Y más si eran sus compañeros de clase. Iban a estar insoportables
toda la semana. Si eran buenos y otro chisme superaba el beso.
Taumante
les llevó un pancho a los novios para que comieran cuando, nuevamente, sonó el
timbre.
Taumante:-
¡Voy!
Dike:-
(Lo detiene del brazo) Ah, no. Esta vez no. No podés abrir la puerta de
la casa de otros. Por suerte fue Dione y no alguna persona mala.
Taumante:-
(Haciendo puchero) Pero Dike...
Galatea:- (Mirando a todos lados sonriendo) Hola a todos.
Dike:-
¿Qué?
Dike
no pudo controlar su rostro. Claramente ella reflejaba sorpresa mezclada con
disgusto. Su boca estaba entreabierta y sus hombros caídos demostrando el poco
deseo de tener que pasar toda una noche con esa mujer cerca de ella.
Galatea
pasó por delante de Dike, saludó primero a Taumante y luego a ella, sin sacarle
la vista a su hermano. Dike volvió a sorprenderse.
Dike:-
(A solas y susurrando) ¿Qué fue lo que me perdí?
Taumante:-
Bola, ¿no te das cuenta que yo estoy primero para saludar?
Dike
lo miró sospechosamente y se fue con Nereo. Aún tenía que arreglar las cosas
con él. Dejar que venga Galatea era algo ya imperdonable.
Dione:-
Mis panchos estuvieron mejores, ¿no Dike?
Dike
pasó rápidamente en busca de Nereo, tenía una ceja más levantada que la otra en
símbolo de guerra, y dejó a Dione con la pregunta sin responder.
Proto:-
(Posado sobre el mostrador) Ignorado completamente.
Dione:-
Debe estar buscando a mi primo. Algo habrá hecho.
Nereo
logró evadir, inconscientemente, a Dike hasta la hora de ir a dormir.
Todos ubicaron las mantas y bolsas de dormir en el living de la casa del
anfitrión. Hablaron un poco más sobre los profesores, las materias en las que
no iban muy bien y, después de haberse apagado la luz, se durmieron.
El
silencio invadió el lugar, Galatea, como una pantera esperando por su presa,
fue directamente hacia el sillón donde se encontraba Dike durmiendo.
Galatea:-
(Susurrando) Nereo quiere hablar con vos Dik.
Dike:-
(Totalmente descolocada) ¿Dik? No podes llamarme así, no hay confianza entre
nosotras dos.
Galatea:-
Bueno, te está esperando en el baño.
Dike
obedeció confusa. Que Galatea viniera a hablarle, que le haya dicho que su
novio quería verla, que el encuentro sea en el baño de la casa, todo era muy
sospecho. Cuando intentó abrir la puerta, Nereo la tomó del brazo y la besó con
pasión.
Dike:-
(Apartándolo) Pará Nereo, ¿qué te pasa?
Nereo:-
Quiero amarte y sentirme amado.
Dike:-
Me parece perfecto pero ¿cómo es que invitaste a Galatea?
Nereo:-
Ella quería arreglar las cosas con vos, Dik.
Dike:-
¿Por qué ella me dice “Dik”?
Nereo:-
Debe ser porque hablo mucho de vos delante de ella, que se le quedó pegado…
Dike
rió para terminar con la conversación, ella no lo iba a besar en un lugar lleno
de gente. Y más si eran sus compañeros de clase. Iban a estar insoportables
toda la semana. Si eran buenos y otro chisme superaba el beso.
Taumante
les llevó un pancho a los novios para que comieran cuando, nuevamente, sonó el
timbre.
Taumante:-
¡Voy!
Dike:- (Lo detiene del brazo) Ah, no. Esta vez no.
No podés abrir la puerta de la casa de otros. Por suerte fue Dione y no alguna
persona mala.
Taumante:-
(Haciendo puchero) Pero Dike...
Galatea:-
(Mirando a todos lados sonriendo) Hola a todos.
Dike:-
¿Qué?
Dike
no pudo controlar su rostro. Claramente ella reflejaba sorpresa mezclada con
disgusto. Su boca estaba entreabierta y sus hombros caídos demostrando el poco
deseo de tener que pasar toda una noche con esa mujer cerca de ella.
Galatea
pasó por delante de Dike, saludó primero a Taumante y luego a ella, sin sacarle
la vista a su hermano. Dike volvió a sorprenderse.
Dike:-
(A solas y susurrando) ¿Qué fue lo que me perdí?
Taumante:-
Bola, ¿no te das cuenta que yo estoy primero para saludar?
Dike
lo miró sospechosamente y se fue con Nereo. Aún tenía que arreglar las cosas
con él. Dejar que venga Galatea era algo ya imperdonable.
Dione:-
Mis panchos estuvieron mejores, ¿no Dike?
Dike
pasó rápidamente en busca de Nereo, tenía una ceja más levantada que la otra en
símbolo de guerra, y dejó a Dione con la pregunta sin responder.
Proto:-
(Posado sobre el mostrador) Ignorado completamente.
Dione:-
Debe estar buscando a mi primo. Algo habrá hecho.
Nereo
logró evadir, inconscientemente, a Dike hasta
la hora de ir a dormir. Todos ubicaron las mantas y bolsas de dormir en el
living de la casa del anfitrión. Hablaron un poco más sobre los profesores, las
materias en las que no iban muy bien y, después de haberse apagado la luz, se
durmieron.
El
silencio invadió el lugar, Galatea, como una pantera esperando por su presa,
fue directamente hacia el sillón donde se encontraba Dike durmiendo.
Galatea:-
(Susurrando) Nereo quiere hablar con vos Dik.
Dike:-
(Totalmente descolocada) ¿Dik? No podes llamarme así, no hay confianza entre
nosotras dos.
Galatea:-
Bueno, te está esperando en el baño.
Dike
obedeció confusa. Que Galatea viniera a hablarle, que le haya dicho que su
novio quería verla, que el encuentro sea en el baño de la casa, todo era muy
sospecho. Cuando intentó abrir la puerta, Nereo la tomó del brazo y la besó con
pasión.
Dike:-
(Apartándolo) Pará Nereo, ¿qué te pasa?
Nereo:-
Quiero amarte y sentirme amado.
Dike:-
Me parece perfecto pero ¿cómo es que invitaste a Galatea?
Nereo:-
Ella quería arreglar las cosas con vos, Dik.
Dike:-
¿Por qué ella me dice “Dik”?
Nereo:-
Debe ser porque hablo mucho de vos delante de ella, que se le quedó pegado…
Dike
se quedó callada, toda esa confusión, esos pensamientos encontrados se había
esfumado. Las palabras de Nereo llegaron a su corazón librándolo de todo
pecado.
Nereo:-
(Acercándose) Vos sabes que siempre estoy pensando en vos, que te amo con
locura y que Galatea ya fue.
Dike:- Si, pero…
Nereo
volvió a besarla y ella sucumbió ante él. En la locura provocada por la
desesperación de verse y de sentirse el uno al otro, no escucharon cuando unos
pasos se acercaban cada vez más al lugar donde ellos estaban. Es así que entró
Dione y los interrumpió.
Dione:-
(Avergonzado) ¡Perdón! ¡Perdón!
Dike
abrió los ojos sorprendida de que hayan sido descubiertos y Nereo lo ignoró
sobre exagerando lo que estaba haciendo. Dione se fue cerrando la puerta.
Dike:-
(Empujándolo) Nereo, ¿no te importa quién nos pudo haber visto?
Nereo:-
Eso no importa, ahora cierro la puerta con llave y seguimos.
Dike:-
(Enojada) No, se terminó, no puede ser así. – Saliendo del baño. - Pensé que
eras otra cosa, ¿qué tomaste?
Nereo:-
Nada, sólo una dosis de amor loco.
Dike:-
Pero está mal… - Cayendo a la realidad. - Encima en el baño.
Nereo:-
Bueno, vamos a mi pieza…
Dike:-
Con razón dijiste que iba a ser una noche muy larga. ¿Me estas convenciendo
para hacer otra cosa?
Nereo
había detectado el tono de su novia al hablar. No era provocador o sarcástico,
se trataba de un tono de defensa. Dike no estaba cómoda con la situación.
Nereo:-
No, nada que ver. Sólo quiero tenerte una noche entre mis brazos, sin hacer
nada más que abrazarnos… y besarnos… ¡Porfis!
Dike:-
(Suspira) Va a ser un gran paso, te vas a tener que resistir y yo voy a ver si
puedo confiar en vos. Me llegas a hacer algo y se terminó todo.
Nereo
sonrío como si fuese su cumpleaños. La tomó de la mano y le enseñó su cuarto. A
todo esto, Galatea encontró lo que estaba buscando, a Taumante. Él estaba
acostado en la cocina y ella lo levantó acariciando su mejilla, fría por el
contacto con el aire. Estaban lejos del resto del grupo. Taumante había elegido
ese sitio ya que sabía que su hermana no estaba muy feliz de su presencia en
una fiesta de amigos de ella. Dike era bastante egoísta a la hora de compartir
amigos y muy posesiva.
Taumante:-
(Medio dormido) ¿Quién es?
Galatea:-
(Susurrando) Soy yo, Galatea.
Taumante:-
¿Qué precisas?
Galatea:-
A vos…
Taumante:-
¡¿Qué?!
Galatea:-
(Le tapa la boca) No grites que vas a despertar a todos.
Taumante:-
Bueno, me callo…
Galatea
sonrió. El muchacho estaba cayendo ante sus encantos. O tal vez sólo estaba
dormido, pero a ella no se le ocurrió eso en ese preciso momento. Tras cada
paso de Galatea, una intención se escondía. Ella no era de las personas que
hacían las cosas por puro instinto, lo tenía todo pensado.
Galatea:-
Me encanta tu forma de hablar. Usas esas palabras tan raras.
Taumante:- (Confundido) ¿Palabras
raras?
Galatea
se acercó a él para imponerse, para incomodarlo. Esta era una de sus tantas
tácticas para conquistar a un chico.
Taumante:-
¿Qué es lo que querés?
Galatea:-
(Acariciándole el pelo) Que ansioso que sos… ¿No ves cómo estoy vestida? Solo
para vos y tus ojos.
Taumante:-
(Saca la mano de Galatea de su pelo) Mucho no veo, está todo oscuro.
Galatea:-
(Sorprendida) Me vestí así para vos, ¿y no vas a hacer nada?
Taumante:-
¿Y qué querés que haga? ¿Qué salga llorando?
Galatea:-
(Perdiendo el control) Que me beses, que me toques.
Taumante:-
¿Estás loca?
Galatea:-
(Cara a cara) Loca por vos…
Taumante:-
(Alejando su cara) ¿A vos no te gustaba Nereo?
Galatea:-
(Retrocediendo) Muy bien lo dijiste, me gustaba. Tiempo pasado. A parte que a
vos te amo. Eso es otra cosa.
Galatea
levanta el buzo de Taumante, que no tenía nada debajo porque estaba muy apurado
a la tarde para salvar a Euribia, y acaricia el abdomen del muchacho.
Taumante:-
Imposible. – Saca la mano de Galatea. - Te odio porque la hiciste sufrir a mi
hermana el año pasado.
Galatea:-
En la vida hay que saber perdonar.
Taumante:-
(Tratándo de hacer que reaccione) Por otro lado, ¿no te parece un poco
repentino que me ames?
Galatea:-
En el amor no hay nada escrito, no hay una regla. – Acercándose a la cara. -
Mirá a Nereo y tu hermana. O sea, dos personas totalmente descolgadas que ahora
se aman.
Taumante:-
(Confundido) Yo soy muy chico… Y...
Galatea:-
(Burlándose) No me digas que te estás reservando para el amor de tu vida… Sos
un chico, y se te está presentando una gran oportunidad, ¿no vas a hacer nada?
Taumante:-
(Enojado) Si, voy a gritar para que alguien te saque de encima de mí si no te
vas ahora mismo.
Galatea:-
(Apartándose totalmente) Tenes razón, voy a buscar a otro que me haga sentir
mujer…
La
muchacha dejó a Taumante bastante confundido, a punto de llorar. Él sabía que
ella iba a difamar su nombre como un chico que no se animó a tocarla. Y más
sabiendo que ésta no era, precisamente, la más difícil de la escuela.
Dione:-
Lo que hiciste… Estuvo bien.
Taumante:-
(Sorprendido) ¡¿Qué?! ¿Escuchaste todo?
Dione:-
Claro que sí. Estaba durmiendo detrás de la mesada de la cocina cuando los
escuché. Con esa piba hay que tener cuidado. Por eso te digo que hiciste muy
bien.
Taumante:-
No lo entiendo, ¿qué estaba buscando?
Dione:-
(Bajándole el buzo) Te vas a resfriar.
Taumante:-
¿Te puede gustar una chica mayor que vos?
Dione:-
(Sonríe) Claro que sí.
Taumante:-
¿Y la podes amar y luego odiar?
Dione:-
Es tan posible como sentirte atraído por alguien y luego dejar de estarlo. Todo
depende de lo que nos esté pasando. El odio y el amor son dos estados
diferentes y muy fáciles de tener. Nunca hay un intermedio.
Taumante:-
Creo que ahora lo entiendo un poco más. Cada vez que me peleaba o hablaba de
ella, sentía un cosquilleo en todo mi cuerpo, ahora que tuve la oportunidad...
la dejé pasar.
Dione:-
Eso quiere decir que en verdad no la queres.
Taumante:-
Gracias…
Dione:-
De nada.
El
silencio sepulcral los invadió. Sólo los ruidos de la noche, los grillos, los
ronquidos de alguno de los chicos y alguna que otra palabra emitida por los
durmientes, tapaba el hueco entre ellos.
Dione:-
Dione, mi nombre es Dione. ¿Y el tuyo?
Taumante:-
Soy el que te abrió la puerta Tau...
Dione:-
Taumante. Me acuerdo.
Taumante:-
Qué gran memoria.
Dione:-
Al ser dueño de un ciber, recuerdo fácilmente los nombres.
Taumante:- ¿Del ciber en donde trabaja mi hermana?
Dione:-
Si…
Taumante:-
¿Qué te pasa a vos? Eso no sonó muy convincente.
Dione:-
(Riendo) Es verdad que hablas raro.
Taumante:-
¿Me estás cambiando de tema?
Dione:- ¿Quién?, ¿yo?
Taumante:-
(Un poco enojado) No veo a nadie más.
Dione:-
Claro... Como dijiste, la oscuridad no permite que veas nada.
Taumante:-
¿Qué pasa? ¿Es el maldito amor?
Dione:-
(Mirando para otro lado) No, lo contrario.
Taumante:-
El odio.
Dione:-
No, bueno… En realidad… ¡Bah! Son cosas que nunca entenderías…
Taumante:-
(Enojándose, nuevamente) ¿Pensas que soy tonto?
Dione:-
No, no, todo lo contrario.
Taumante:-
Entonces, contame. Es la una de la mañana, tenemos todo el domingo por la
mañana para que me cuentes.
Dione:-
Bueno, pero primero vamos a taparnos que hace un poco de frío.
Una
vez que se taparon con una frazada y se acomodaron, Taumante guardó silencio
para que Dione comenzara a hablar.
Dione:-
No es que sean cosas que no vayas a entender jamás, pero son pensamientos
propios. No lo puedo explicar, cómo llegué a ellos, qué cosas se dieron para
que llegara a eso... Es complicado.
Taumante:-
Podría llegar a intentar entender, ¿no?
Dione:-
(Dándose por vencido) Está bien... Tiene que ver con tu hermana.
Taumante:-
(Preocupado) ¿La odias?
Dione:-
No, lo contrario. Siento una gran atracción por ella y odio por Nereo.
Taumante:-
Te gusta mi hermana y lo estás ocultando por Nereo, que es tu primo…
Dione:-
Claro… Pero no estoy tan seguro de que sea eso….
Taumante:-
Ahora sí que no entiendo…
Dione:-
Yo pensé que me gustaba Dike pero hoy pasó algo que me cambió rotundamente la
idea que tenía.
Taumante:-
¿Qué paso?
Dione:-
(Sonríe) Eso sí que no te lo puedo decir. Son cosas de adultos y yo todavía no
lo entiendo muy bien. Es mejor que lo piense más detenidamente.
Taumante:-
¿Quién más sabe que te gusta mi hermana?
Dione:-
Que ya no sé si es eso lo que me pasa con tu hermana.
Taumante:-
¿Entonces ya no te gusta?
Dione:-
Me gusta, pero no como se supone que debería hacerlo.
Taumante:-
¿Eso era lo que no podía entender? Estás confundido, es normal.
Dione:-
(Ríe) Digamos que sólo vos y yo sabemos de mi confusión.
El
jefe de Dike estaba atónito con las respuestas de Taumante. Esos pensamientos,
esas palabras tan no propias de él, era evidente la influencia de su hermana
respecto a cuestiones del amor.
Los
chicos se callaron, habían escuchado ruidos de pasos acercándose a la cocina.
Si bien estuvieron hablando muy bajo, no querían que otros se enteraran de esta
conversación. Los pasos se hacían cada vez más fuertes, luego se detuvieron. Se
encendió la luz y las miradas de los chicos se cruzaron con la de Dike que
había ido a tomar agua.
Dike:-
¿Qué hacen ustedes dos juntos? No me digan que se hicieron amigos...
Dione:-
(Revolviendo los pelos de Taumante) Tu hermano es muy divertido.
Taumante:-
¿De dónde venís vos?
Dike:-
De… Del living, ¿de dónde más?
Dike
se fue más rápido que lo que Galatea se fue al ser rechazada por Taumante.
Taumante:-
Mejor me voy a mi colchón. Nos vemos luego Dione.
Dione:-
Hasta mañana Taumante.
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