Serie Dike ~ Completa

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Un espacio

Para agradecer a:

Alice por ser leer todo lo que escribo, por más que esté horrorosamente horrible (sobre todo con los tiempos verbales, ella saaabe).

Hachedesilencio que siempre tiene las frases precisas para los capitulos de Dike. Aunque el staff no lo sepa, gracias por hacer lo que hacen.

A mi familia por soportar todas mis locuras.

A los que leen, comentan, descargan y se dan una vuelta por acá. Perdón por el tiempo que me tomo para publicar cosas... gracias por leer!!

~ ferdeimos

viernes, 8 de agosto de 2014

Dike-Tomo II.Capitulo18: Confesiones



Capitulo 18: Confesiones

<< Se atrevió a llamarme y le corté. Ceto es un idiota. Llamarme a las siete y media de la mañana, ¿en qué estaba pensando? Llamarme después de no haberlo hecho durante tanto tiempo. No lo entiendo.

Por suerte no insistió más. No me mandó ningún mensaje. Seguramente quería asegurarse que estuviera en casa y sola. Lo bueno es que escuchó el nombre de Dione. Pobre de él, lo meto en todas mis relaciones, pero bueno, es mi amigo y necesito de su ayuda. Aunque lo dije sin pensar, no sabía que era Ceto que iba a llamar.

En fin. Mañana empezamos la segunda mitad del año. El invierno pronto se irá. Eso me pone feliz. Lo triste va a ser volver a la escuela y encontrarme con él. Odio esto, porque nadie más que Taumante sabe de mi relación con Ceto. Así que no puedo estar de mal humor porque no habría razón para estarlo. >>

El primer día de clases comenzó lluvioso y húmedo. Dike se había atado el pelo para que el friz no se notara tanto. Taumante emanaba felicidad por volver a la escuela y el colectivo estaba repleto de personas. Uno los dejó plantado, pero enseguida llegó otro para recogerlos. Dike pagó el boleto y se quedó perpleja al ver, sentada en el fondo, a la chica con la que Ceto se había besado en la plaza.

Se sentó junto a su hermano para no pensar de más y habló con él de cosas no interesantes para ella pero que la llevaron a olvidar el mal momento que había tenido hace unos instantes.

Dike:- ¿Dónde está Ceto?

Eyone:- No vino hoy, ¿por?

Dike:- Nada importante, solo me sorprendió.

Eyone:- ¿Ya viste a la chica nueva?

Dike:- (Levantó una ceja) ¿Una chica nueva?

Eyone:- Si, es Pontomedusa, va conmigo, aunque tendría que estar con ustedes.

Dike:- Muchos tendrían que estar con nosotros.

Eyone:- (Rió) Es cierto, yo también.

Dike:- ¿Qué más sabes de ella?

Eyone torció los labios formando una media luna hacia abajo. No entendía la insistencia de su amiga por la chica nueva. Tampoco tenía mucho que decir, recién habían pasado dos horas desde el comienzo de clases. Pontomedusa se había mantenido callada, sin llamar la atención más que en la presentación inicial.

Eyone:- No te gustan las caras nuevas, ¿no?

Pontomedusa:- Yo te conozco…

Dike se giró en sí misma para mirar a la chica que le habló. Sus ojos se abrieron mucho cuando divisó a Pontomedusa. La chica tenía el coraje de hablar con ella sabiendo lo que había pasado entre ellas. Dike pensaba que estaba conociendo a la nueva Galatea, lo cual no la puso muy contenta. Otra enemiga más en su lista solista encabezada por la primera.

Dike:- ¿De dónde será?

El timbre sonó, Eyone tomó del brazo a Dike y la llevó hasta el salón. Sonriendo Dike entró y se dejó llevar por las actividades de la clase. Tenía curiosidad por la chica nueva, la cual parecía no reconocerla. Y tenía motivos para no hacerlo. El día que se encontraron, Dike tenía el pelo suelto, estaba mojada y su cara estaba totalmente transformada en algo que no podía ni ella misma recordar.

Aunque hubo dos recreos más, no hubo oportunidad de encuentros. Las amigas de Dike habían demandado su presencia para cotillear asuntos de la fiesta de Ferusa y hablar acerca de los regalos que había recibido.

Cuando el timbre de salida sonó, Taumante llegó al salón para volver caminando con su hermana. Él no quería que estuviera sola por mucho tiempo. Sabía que la ausencia de Ceto ese día en la escuela le había hecho bien, pero ella quería y tenía la necesidad de escuchar su excusa. No quería estar más triste por algo que, tal vez, remotamente, tenía una buena explicación.

Pontomedusa:- ¿Podemos hablar?

Dike:- Estoy yendo a casa.

Ambas se miraron. Taumante notó la tensión entre ellas y tomó de la mano a su hermana. Dike lo miró como si la hubiera despertado de un sueño. La chica de rulos pronunciados se retiró con una sonrisa franca, no parecía la sobradora de Galatea. Era diferente.

Taumante:- Es ella, ¿no?

Dike:- No importa. Vamos a casa.

Ambos salieron de la escuela, Taumante se detuvo en seco, como si una piedra se hubiese cruzado en su camino, y soltó la mano de su hermana. Dike observó hacia la dirección que los ojos azules miraban y abrió un poco la boca. Bajo el mismo árbol que hace medio año atrás estaba Dione.

Taumante:- Nos vemos en casa.

Dike:- Gracias Tau.

La chica cruzó la calle, sin mirar, haciendo que Dione sonriera negando con la cabeza. No iba a cambiar más, ella siempre iba a ser así de imprudente, con todo.

Dike:- (Entusiasmada) ¿Cómo estás?

Dione:- Un poco dormido.

Dike:- ¿No tendrías que estar en la escuela?

Dione:- (Torció el gesto) Si, pero me tomé un día más.

Dike:- (Sonrió) Supongo que al chico diez no le hace nada faltar un día a la escuela.

Dione:- ¿Te acordás lo que te dije en la fiesta?

Dike:- Hablamos mucho.

Dione:- Sobre ser directo con la gente.

Dike:- (Entornó los ojos como si buscara sus pensamientos personalmente) ¡Ah! Si, si. Igual Nereo no hizo nada, así que creo que su plan es todo un fracaso. No salió con ninguna chica.

Dione:- Yo hablaba de nosotros.

Dike:- (Seria) ¿Qué pasa con nosotros?

Dione:- Somos amigos.

Dike sonrió forzadamente. Tenía en claro eso desde hace mucho, desde aquel nefasto día en que la rechazó en su casa. Dione no era para ella. Y aunque así fuera, haber sido confirmado por los propios labios del muchacho la golpeó fuerte. Sus ojos estaban a punto de cristalizarse. Dolor la recorría por el cuerpo.

Dione:- No pongas esa cara, estas saliendo con Ceto… o en algo con él.

Dike:- ¿Cómo es que sabes de él? No me acuerdo haberte dicho nada por correo.

El chico abrió un poco los ojos y luego volvió a su estado anterior. Aunque ese movimiento fue imperceptible, la chica lo notó y supo que su hermano había hablado con él. Le había contado que estaba saliendo con Ceto y eso la hizo sentir más estúpida. Tenía novio y aún seguía atrás de Dione. Eso estaba muy mal.

Dione:- No hace falta que diga nada más. Pero tenía que ser claro. Y vos también.

Dike:- Sí.

Ambos regresaron caminando hasta la casa de ella. Cuando se despidieron, Dike intentó correr su cara para lograr alcanzar los labios de Dione. Éste se alejó rápidamente. Dike sonrió pícaramente.

Dike:- Estas saliendo con alguien, ¿no?

Dione:- Quisiera. Pero es complicado.

Dike:- Parece que vos también sufrís por amor.

Dione:- Y no te imaginas cuánto lo hago.

Dike:- Te lo mereces.

El chico la miró extraño con la cabeza ligeramente echada hacia atrás. No lograba entender las palabras de la chica. Pero optó por relajarse, bajó sus hombros y se fue en dirección a su casa. Dike esperó a que su figura desapareciera e ingresó a su casa. Allí estaba Metis sentada en el sillón, esperando por ella.

Metis:- ¿Está todo bien Dike?

Dike:- Si, ¿por?

Metis:- Taumante soltó un poco la lengua. Le pregunté dónde estabas y me dijo que te encontraste con Dione.

Dike:- (Apoyando las cosas sobre la mesa) Es cierto, me quedé hablando con mi ex jefe del ciber.

Metis:- Me parece bien.

Dike:- ¿Qué te parece bien?

Metis:- Que no me hayas mentido.

Dike:- ¿Por qué habría de hacerlo?

Metis:- Bueno, yo también pasé por esta etapa. Me gustaba un chico y no quería que mis papas se enteraran de él. Y fue igual cuando empecé a salir con él.

Dike:- No te preocupes má. Cuando encuentre al chico de mi vida, te lo voy a decir.

Metis:- No es necesario que sea el chico de tu vida, pueden pasar muchos. Realmente no estoy muy interesada en ellos, pero me interesa lo que te pasa.

Dike:- Gracias má.

Metis:- Lo único que te pido es que te fijes con quién salís.

Dike:- Si, si.

Dike tomó sus cosas de la mesa y se dispuso a subir la escalera cuando su madre la volvió a interrumpir.

Metis:- ¿Y Ceto?

Dike:- ¿Qué pasa con él?

Metis:- Llamó y, por suerte, yo atendí.

Dike:- ¿Y que quería?

Metis:- No me dijo.

Dike:- Cuando vuelva a llamar, decile que marcó mal.

Metis:- ¿Y se puede saber qué pasa con él?

Dike:- Siempre me pide cosas para la escuela.

Metis:- ¿Es un compañero nuevo?

Dike:- No, pero le gusta molestar.

Metis:- ¿Podes sola con él?

Dike:- (Sonrió) Si, claro que puedo.

La chica continuó subiendo las escaleras. Tenía asuntos que arreglar con muchas personas. Primero con su querido y chusma hermano. Luego tendría que hablar con Pontomedusa, que tenía mucho entusiasmo por hacerlo y finalmente enfrentar a su ex novio.

Luego de asearse en el baño, se puso el pijama para estar así todo lo que restaba del día. Quería estar mal y seguir así. No le importaba nada. No tenía intensiones de cambiar. Se acostó con el pelo suelto y sacó su diario íntimo para escribirlo.

Su celular sonó, era una llamada telefónica. Precavida, leyó el nombre que aparecía en el identificador y atendió.

Dike:- ¿Cómo estas Eu?

Euribia:- Preocupada.

Dike:- (Se acomodó en la cama) ¿Qué pasó?

Euribia:- (Suspiró) Me cuesta decirte esto.

Dike:- ¿Qué pasa Euribia?

Euribia:- Voy a ser rápida, ¿te sigue gustando Nereo?

Dike:- Sabes que no.

Euribia:- ¡Ay! No sabes que feliz me hace saberlo.

Dike:- ¿De qué me perdí?

Euribia:- Hay algo que no les dije. En la fiesta de Ferusa, Nereo me encaró. Y yo le dije que primero tenía que saber lo que vos pensabas al respecto. No quería salir con él sabiendo que a vos te gustaba.

Dike:- ¿Desde cuándo te pasan cosas con él?

Euribia:- Sé que estuve muy mal por Ceto, pero ahora que Nereo me quiere, voy a estar bien.

Dike:- Creo que Taumante me está llamando, ¡mañana me contas todo con lujo de detalles!

Euribia:- ¡Ay! ¡Sí! Muero por contarles a todas. Estaba mordiéndome la lengua para no decir nada.

Dike:- Sé lo que se siente.

Euribia:- Ah, ¿sí? ¿Andas en algo vos?

Dike:- No, no. Sólo que sé lo que se siente. Lo viví con Galatea mucho tiempo.

Eurubia:- Esa estúpida. Ahora seguro que voy a tener problemas yo con ella por estar con Nereo.

Dike:- Nereo viene con el paquete completo.

Luego de reírse a la par, cortaron. Dike se quedó pensativa. Nereo había dado el primer paso para intentar ponerla celosa. Pero estaba usando a su amiga para ello. Y tampoco podía decirle nada, no podía comprobarlo, Nereo lo iba a negar todo. Y Dione no era la fuente más confiable para las chicas del salón. Tendría que hacer que se notara mucho la despreocupación por la relación para que el chico se diera cuenta que no servía de nada hacer lo que estaba haciendo y dejar a su amiga en paz.

Taumante:- ¿Puedo pasar?

Dike se destapó sintiendo una ráfaga de frío en su cuerpo. Abrió la puerta y agarró a su hermano de los pelos. El chico chilló un poco y cayó sobre la cama boca abajo. Inmediatamente se dio vuelta para estar en una posición más defensiva, pero Dike solo cerró la puerta y lo fulminó con la mirada.

Dike:- (Acercándose lentamente) Así que… te gusta hablar con Dione de mí.

Taumante:- (Mirando a otro lado) ¿En qué sentido?

Dike:- (Torciendo el gesto) No hay muchos sentidos cuando se habla de mí.

Taumante:- (Acorralado) Yo… yo…

Dike:- ¿Dione te preguntaba por mí?

Taumante:- (Pellizcándose el pómulo izquierdo) No lo pude evitar. Tuve que decirle algunas cosas para que viniera a la fiesta.

Dike:- Ferusa dijo algo sobre eso. ¿Vos hiciste que él viniera?

Taumante:- (Triste) No podía verte decaída Dike.

Dike:- (Sentándose lejos de su hermano) Perdón. No es tu culpa. Estoy… mal.

Taumante:- ¿Qué pasó?

Dike:- Me dijo que somos amigos.

Taumante:- (Acercándose) ¿Qué tiene de malo?

Dike:- (Acarició el pelo del chico) ¿Te gusta alguien Tau?

Taumante:- No está bien responder a una pregunta con otra pregunta.

Dike:- Dione me gusta, de una forma caprichosa, pero me gusta. Me molesta que no me corresponda, que sea difícil de alcanzar. No lo puedo tener. Pero siempre tuve la esperanza de que, al darse cuenta de mis sentimientos, él iba a dejarme ser su novia. Pero no pasó. Es más, ahora le gusta otra persona. Y eso me tiene peor.

Taumante:- ¿Y Ceto?

Dike:- Ceto ya no es más mi novio.

Taumante:- Tenes que decirle a Ceto que no te gusta.

Dike:- No es que no me guste. Me gusta. Pero no como Dione.

Taumante:- No te entiendo.

Dike:- No te preocupes. No es muy complicado, cuando te guste alguien y ese alguien no te corresponda cómo quisieras que lo haga, recién ahí me vas a entender.

Taumante:- Te molestó que haya sido directo con sus sentimientos.

El chico no había hecho una pregunta, simplemente confirmó algo que Dike sabía que era muy cierto. Se encogió de hombros aceptando ese hecho y suspiró produndamente.

Dike:- Me dolió mucho. Él confirmó lo que ya sabía.

Taumante:- Pero eso te va a ayudar a liberarte de él. Ya sabes la verdad.

Dike:- Si, lo sé. Pero me saca que todos sean tan directos conmigo cuando yo no hago lo mismo.

Taumante:- Cuando hay secretos no se puede ser libre.

Dike:- Euribia me llamó para preguntarme si yo sentía cosas por Nereo.

Taumante:- ¿Y qué le importa a ella?

Dike:- Es que… es complicado.

Al ver la cara enojada de su hermano, Dike prosiguió a contarle todo lo que había pasado en la fiesta con Dione y acerca del plan de Nereo. Taumante negaba con la cabeza. No quería llegar a ser grande y ser tan idiota como Nereo o ser tan histérico como su hermana.

<< La semana pasó sin ningún acontecimiento especial. Euribia nos contó cómo fue que Nereo la encaró y todas estaban felices por la nueva pareja. Actea cumplió con su palabra y dejó de salir con Psámate. Ahora está nuevamente en el grupo, pero yo sigo desconfiando de ella. Estoy mucho más cerca de Lisiánsa y Ferusa. Ellas me parecen más sinceras. Tal vez por compartir más momentos juntas durante el entrenamiento o porque coincidimos en algunos pensamientos, pero me estoy llevando muy bien con ellas.

En un rato tengo que salir con ellas. Nos vamos a juntar para volver a practicar. Es claro que no nos gustó perder contra Galatea. No nos gustó que nos haya dicho eso y ahora queremos superarla. Por lo que los entrenamientos van a empezar a ser cada vez más fuertes. Eso espero. Quiero que Li nos enseñe todo lo que sabe. Ella es la que conoce a la perfección esta disciplina. Vamos a ser las mejores con ella en el grupo. Vamos a superar a las campeonas nacionales de patín artístico. Estoy esperanzada. >>

Lisiánasa:- Chicas, realmente no tengo muchas ganas de entrenar. Quiero descansar y ponerme al día con las cosas de la escuela. Mi mamá va a matarme si me va mal.

Dike:- ¿Viniste para decirnos eso?

Lisiánasa:- Peor sería que les mandara un mensaje.

Dike:- Perdón. Tenes razón, yo también estoy teniendo un día complicado, una semana complicada, una vida complicada.

Ferusa:- Bueno, chicas, dejemos la práctica para después.

Lisiánasa se retiró corriendo del lugar, se estaba tomando muy a pecho el hecho de no reprobar las materias del último año. Quería sacarse de encima la escuela para poder hacer lo que ella amaba.

Ferusa:- ¿Qué es eso de una vida complicada?

Dike:- (Relajó sus hombros) No doy más Ferusa.

Ferusa:- (Tocando el brazo derecho de su amiga) Contame Dike, no revientes por dentro.

Dike:- Es que no sé por dónde comenzar.

Ferusa:- Por el principio.

Dike:- Sentémonos que esto es fuerte.

Ferusa:- (La miró preocupada) ¿Qué paso Dike?

Dike:- Estuve saliendo con Ceto.

Ferusa no abrió la boca, simplemente quedó muda con los ojos bien abiertos. Por primera vez iba a dejar a alguien terminar de contar algo. A ella le gustaba hacer muchas preguntas por encima del relato de los demás.

Dike:- Pero ahora estamos separados. Lo ví besándose con Pontomedusa, la chica nueva. Salí corriendo cuando los ví. Y desde ese día no lo volví a ver.

Ferusa:- (Pensó) Es cierto, él no vino a la escuela desde las vacaciones. Se va a quedar libre.

Dike:- Me llama de vez en cuando, pero no lo atiendo. O sea, quiero que me diga lo que pasó, pero no por teléfono.

Ferusa:- ¿Pensas escuchar su excusa? Esto es como lo que hizo Actea con Psámate?

Dike:- Si, pero no tan grave. Sé que ella lo besó a él.

Ferusa:- La gente puede negarse, viste… Y más él siendo un chico. Tiene más fuerza.

Dike:- No sé, ahora que estoy menos enojada, creo que puedo escucharlo.

Ferusa:- ¿Y Dione? ¿Qué onda? Taumante me dijo que te iba a hacer feliz, pero no sabía que estabas así de mal por haberte separado de Ceto.

Dike:- Y eso no es todo. Ahora me siento peor porque Nereo está saliendo con Eu.

Ferusa:- ¿Estás celosa?

Dike:- ¡No! Claro que no. Es que Nereo está saliendo con ella para ponerme celosa. Dione lo escuchó hablar en el baño.

Ferusa:- ¿Y Dione es confiable?

Dike:- ¿Y cómo iba a saber que Nereo quería salir con alguien? O sea, me lo dijo. Y luego pasa esto.

Ferusa:- (Enojada) ¡Nereo es un idiota!

Dike:- Yo me di cuenta hace mucho. No quiero que Eu sufra como yo.

Las chicas pasaron la tarde hablando de todo lo que a Dike le había pasado en esos meses de amor con Ceto y de los días siguientes.

Ferusa:- (Suspiró) Tenías tanto por decir. ¿Y ahora qué?

Dike:- Ahora comparto este peso con vos y Tau. No podemos decir nada. No puedo romper a Euribia más de lo que podría hacerle Nereo.

Ferusa:- ¡Tenemos que decirle a Euribia!

Dike:- No nos va a creer nada. Hay que dejar que las cosas fluyan.

Comenzaron a caer algunas gotas indicando que ya era hora de marcharse a sus casas. La oscuridad había llegado muy rápido, la conversación había sido muy interesante y el tiempo transcurrió sin que dieran cuenta.

Dike regresó a su casa, abrió la puerta y escuchó risas muy fuertes desde el cuarto de su hermano. Ella sospechó que podría haber traído a un amigo, lo que la entusiasmó a subir rápidamente las escaleras. Abrió la puerta del cuarto de Taumante y se encontró con estaba jugando con Ceto.

Así como la abrió, la cerró e ingresó a su cuarto. Obviamente los pasos de Ceto se hicieron más fuertes a medida que iba acercándose a Dike.

Dike:- ¿Ahora sos amigo de Taumante?

Ceto:- Siempre lo fui, es un chico sociable.

Dike:- Entonces seguí con él, no me molestes.

Ceto:- Esto es increíble.

Dike:- Bienvenido a mi mundo Ceto.

Ceto:- Quiero hablar Dike.

Dike:- (Sentada en su cama con los brazos cruzados) ¿No lo estamos haciendo?

Ceto:- Ya sabes a qué me refiero.

Dike:- No tengo idea, decímelo así lo recuerdo.

Ceto:- ¿Es necesario?

Dike:- Decílo, bien claro.

Ceto:- Del beso con Pontomedusa.

Dike:- Ya la conocí.

Ceto:- (Pestañeando rápido) ¡¿Qué?! ¿Cómo?

Dike:- ¿Importa?

Ceto:- No sabía que la conocieras.

Dike:- Si no fueras tan cobarde y vinieras a la escuela, sabrías que ahora hay una chica nueva y que cursa con tu hermano.

Ceto:- Psámate lo está haciendo todo.

Ignorándolo, Dike apoyó la carpeta sobre su escritorio y la abrió para hacer la tarea que no tenía puesto que ya la había terminado el viernes a la tarde para tener todo el fin de semana solo para ella y el entrenamiento con las chicas.

Ceto:- Desde que Actea lo engañó por primera vez, está muy raro. Creo que gusta de vos. Y quiere que nos separemos. Él envió a Pontomedusa para que hiciera eso, yo no siento nada por ella.

Dike:- ¡Que mierda que es! Y ahora la hizo entrar a nuestra escuela para que me recordara lo que vi esa tarde.

Ceto:- ¿Ves?

Dike:- Claramente estaba siendo sarcástica Ceto. Esas cosas no pasan en la realidad. Ella te besó y eso no lo podes negar. Yo los ví.

Ceto:- Tenes que creerme Dike. No puedo estar sin vos, ya me acostumbré a todo tu ser. No me podes no creer.

Dike:- No sé… Pensé que lo que me ibas a decir era que ella aprovechó el momento y te besó. Que vos no sabias cómo reaccionar y, ante la sorpresa, no te la sacaste de encima. Pero no ésta cosa de tu hermano con un plan para separarnos… Y Pontomedusa aceptando hacer algo así. ¿Qué ganaría ella?

Ceto:- Llamá a Pontomedusa.

Dike:- No tengo su teléfono.

Ceto:- (Se mordió el labio) Marcá lo que te digo.

La chica aceptó el reto propuesto por Ceto, no podía quedarse con la intriga, quería saber si lo que éste le había dicho era cierto o simplemente había perdido la cabeza por no estar con ella. Lo que le hizo concluir que tal vez Ceto estaba en lo cierto. Nadie iba a perder la cabeza por ella. Y menos Ceto, un chico que podía tener a la chica que deseara.

Puso el teléfono en altavoz para que Ceto hablara y los dos oyeran la conversación que se iba a dar. Pontomendusa no iba a saber que el teléfono era de Dike así que simplemente tenía que seguirle el juego  al chico.

Pontomedusa:- ¿Quién habla?

Ceto:- (Fingiendo la voz) ¿Pontomedusa?

Pontomedusa:- ¿Quién habla?

Ceto:- Psámate, ¿quién otro?

Pontomedusa:- Qué raro vos llamándome. Nunca tenes plata.

Ceto:- ¿Ya hablaste con Dike?

Pontomedusa:- (Rió) Siempre tan directo. Si, ya la encaré.

Ceto:- ¿Y cómo te fue?

Pontomedusa:- Esa chica es un demonio. No sabés cómo me miró cuando le hablé.

Dike abrió los ojos y quiso interferir en la conversación, pero Ceto continuó con su plan inicial y prosiguió con la charla sosteniéndole la mano fuerte para calmarla.

Ceto:- ¿Pero seguiste molestándola?

Pontomedusa:- (Suspiró) No, y no quiero seguir con esta farsa. Es cansador.

Ceto:- ¿Por qué no?

Pontomedusa:- A pesar que me miró con esa cara de nena mala, no lo es. Siempre escucho cosas positivas de ella. Eyone me contó mucho y no es bueno hacerle mal a alguien bueno.  

Ceto:- Mmmm.

Pontomedusa:- No te enojes Psámate. Además. Ya se separaron.

Ceto:- Lo sé. Pero pensé que me ibas a ayudar.

Pontomedusa:- ¿No te ayudé bastante? O sea, tuve que besarlo… Soy tu ex, terminamos bien, pero tampoco la pavada. Vos no me mandas.

Ceto cortó el teléfono, como si su hermano lo hubiera hecho. Esa era una de las reacciones de Psámate. Siempre que algo no salía bien, se retiraba dejando las cosas sin resolver.

Ceto:- ¿Y?

Dike:- Te creo un poco más de lo que te creía antes.

Ceto:- ¿Tanto te cuesta perdonarme?

Dike:- ¿Y si lo planeaste todo para que yo te creyera?

Ceto:- (Suspiró) Tenes razón.

El silencio los invadió, la pieza se convirtió en un lugar oscuro. Los chicos se miraron. Los ojos de Ceto reflejaban tristeza sincera. Dike quería creer pero estaba tan lastimada y cansada de creer en las personas. No quería volver a sufrir. No perdonó a Nereo, ¿por qué iba de perdonar a Ceto? ¿Qué cambió?

Dike:- Sos muy amigable con las chicas, no lo tolero.

Ceto:- Puedo intentar dejar de serlo.

Dike:- No me dijiste que habías salido con seis novias a la vez.

Ceto:- ¿Hubiera cambiado algo?

Dike:- Si. No habría aceptado salir con vos. Porque si lo hiciste una vez, por qué no dos veces.

Ceto:- Porque es diferente. No quiero perderte Dike. Esto que siento no es lo mismo que sentí por otras antes.

Dike:- Te dejaste besar.

Ceto:- Eso no lo puedo negar, pero tampoco la iba a tirar al piso. No soy violento.

Dike:- No me pediste perdón correctamente.

Ceto sonrió y se acercó a Dike. Se agachó y se apoyó en las piernas de ella. La miró desde abajo. Esperó a que ella dijera algo, pero no abrió la boca. Eso le sorprendió. Dike era de hablar, y mucho.

Ceto:- (Serio) Mis sentimientos son fuertes, no voy a negarte que soy un idiota, pero tengo códigos. Te quiero Dike y te juro que jamás vas a dudar de mí. Lo prometo.

Se miraron por un tiempo buscando respuestas silenciosas. Ceto encontró el perdón en ella y se besaron tiernamente. El contacto de sus labios hizo temblar el cuerpo de ambos. Hacía mucho que no se sentían el uno con el otro. Sus cuerpos se extrañaban. Todas las partículas de sus seres se concentraron en ese punto de contacto. 

Ceto:- Me cuesta dejar tus labios.

Dike:- (Embobada) A mí también.

Ceto:- Ahora que estamos más en confianza… ¿Qué onda con ese Dione?

Dike dejó de sonreír. No era un buen momento para contarle sobre él, pero Ceto había sacado el tema. Tal vez era tiempo de confesarlo todo. Y eso fue lo que hizo. Lo tomó de la mano y lo sentó junto a ella en el sofá cama.

Se hicieron las ocho de la noche y Taumante tocó la puerta. Aunque no le gustó interrumpir, le hizo recordar a su hermana que sus padres estaban por llegar de la reunión con amigos que habían  tenido.

<< Ceto se fue un poco confundido, espero que no odie a Dione, ni me odie a mí. Le dije la verdad. Como me dijo Dione, fui directa. ¿Me seguirá queriendo aún sabiendo de mis alocados pensamientos?

Reconozco que me siento más libre. Mi alma se siente liviana. Ahora solo queda contárselo a todos y que Nereo deje a Euribia.

Todavía me cuesta creer que Psámate haya planeado todo esto, tendré que hablar con él. ¿Podré seguir siendo su amiga? No después de esto. ¿Y Pontomedusa? Sólo le hizo un favor maligno a su ex novio… Parece que es buena, pero tengo que conocerla un poco más. No puedo dejarme llevar por mis instintos. Ellos me dicen que la acepte, pero mejor me quedo donde estoy. >>



Autora: Ferdeimos
Revisión: Alice





Los hechos y/o personajes de la historia son ficticios, 
cualquier semejanza con la realidad es mera coincidencia

Nos leemos dentro de dos semanas

Bajo licencia Creative Commons CC BY-NC-SA 3.0,
                          como se detalla en http://creativecommons.org/licens. 
  

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