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Capitulo 11: La noche
<< Realmente la noche no
iba a terminar más… Ceto estaba en casa, yo sola con él y había llegado
Euribia, la ex de Ceto… Ya dije que estaba sola con él, ¿no? Bueno, eso era lo
que realmente me preocupaba. No quería que pensara cualquier cosa de mí. Y más
sabiendo la hora que era. Pasaban las siete de la tarde y estamos en otoño,
todo está oscuro… >>
Dike:- Hola
Eu… ¿Qué haces por acá?
Euribia:-
Vengo a hacerte compañía. Ferusa me dijo que estabas sola con Taumante.
<< Dudé por un momento en
dejarla entrar. Ferusa seguramente le dijo que estaba Ceto conmigo, sino no
hubiera venido. Así que ella sabía que él estaba. No tengo por qué preocuparme.
>>
Dike:-
Pasá que estoy con Ceto.
Euribia:-
Lo sé.
<< Había dado en el
blanco. No le pregunté más y ambas pasamos al living donde Ceto, con esa gran
sonrisa que tiene, nos recibió poniéndose de pie. No lo noté nervioso. Así que
supongo que aún sigue gustando de ella. Sólo esperaba que no usaran MI casa para arreglarse.
>>
Ceto:-
Vamos a ser muchos para la cena.
Dike:-
Eu vino a hacerme compañía por esta
noche… Así que ya no estoy más sola.
Euribia:-
(Gira hacia Dike sorprendida) ¿Taumante no está?
Dike:-
No, se fue a lo de un amigo. Y ahora que lo pienso, todavía no llamó. ¡Voy a
matarlo!
Ceto:-
¡Esperá un toque loca! Se fue hace un minuto.
Euribia:-
Qué raro. A tu hermano no le gusta estar con la gente. Siempre prefiere
quedarse en casa.
Dike:-
¡Mejor! Que tenga amigos.
Ceto:-
Bueno, entonces las dejo. Me voy para que tengan su noche de chicas.
Dike:-
(Sonríe) Si, si, si. Noche de chicas, sin chicos.
Euribia:-
Bueno, Dike, dejalo. Somos dos contra uno.
Ceto:-
(Sonríe) No les pensaba hacer nada.
Euribia:-
Lastima.
Dike:-
¡¿Qué?!
Euribia:-
Nada.
<< Me giré bruscamente.
Mi cara de sorpresa no debió ser muy disimulada porque Ceto volteó la cara sonriendo
traviesamente. Sabía que no quería que se quedara en casa, pero la tonta de
Euribia quería arreglarse con él. ¿No se dio cuenta de cómo le hablaba? O sea,
la estuvo esquivando desde que llegó, ni la miró. Ceto no gusta de ella.
Entonces gusta de otra, claramente. >>
Dike:-
¿Qué quieren que prepare de comer?
Ceto:-
¿Vos cocinas? No gracias, prefiero comer la comida del perro pulgoso que tenes
como mascota.
Dike:-
Eso lo decis porque no probaste mis milanesas con papas.
Ceto:-
Eso nunca falla.
Dike:-
Pero puede. Nunca se sabe.
Ceto:-
¿Hay garantías que no le vas a poner nada?
Dike:-
¡Ey! Yo también como.
Ceto:-
Cierto. Pero de todas formas voy a tener que controlar todo el procedimiento.
Por si acaso.
<< ¡Ay, qué evidente!
¡Por favor! Ceto no quería estar con Euribia. Y si yo me iba a cocinar, ellos
tendrían que hablar, a solas. Lo importante es que todo fue fluyendo con
casualidad, nada pareció forzado, excepto mi cara cuando veía a Euribia cómo me
fulminaba con la mirada cuando Ceto me molestaba mientras cocinaba. Siempre intenté
que ella participara de todo, pero él estaba empecinado en dejarla de lado.
Ella decía algo para pelearlo, él no le seguía la corriente. Ella lo golpeaba
para tocarlo, y él solo se corría. Nunca dejaba de mirarme a mí. Y eso me
incomodaba. Yo sabía que eso no podía estar pasando, o sea, soy yo. Ya sé cuál
es mi destino. No quería hacerme ilusiones. Pero todo cerraba… >>
Dike:-
Bueno, ya está. Ayuden a poner la mesa.
Ceto:-
La mesa ya está puesta.
Dike:-
Malísimo Ceto, malísimo el chiste. Hagan algo que yo ya hice todo.
Ceto:-
Que te digo que lo hice.
Dike:-
¡Ah! Pero que chico rápido.
Ceto:-
Para todo soy muy rápido.
Dike:-
Espero que para pensar también.
Euribia:-
Lo que pasa es que Ceto es un chico multiusos. Te pone la mesa, te hace la
cama, barre, pancha y lava.
Dike:-
¡Que lujo! Tu nueva novia debe estar feliz.
<< No sé por qué dije
eso. Me salió solo. Bueno, en realidad sí sabía por qué. Estaba intrigada,
empecinada en saber de quién gustaba. Desde que llegó que me dejó así. ¿Tanto
le costaba decirme el nombre? Un nombre, nada más. >>
Euribia:-
(Descolocada) ¿Nueva novia?
Ceto:-
¡No, no! Dike siempre jode con eso.
<< Fue claro que me tiró
la pelota a mí para zafarse. Supongo que él sabía que ella aún sentía cosas por
él y no quería meterse en problemas.
¡Ah! Para tu tranquilidad,
Taumente me llamó para avisarme que había llegado bien y que no había problema
en la casa de su amigo por quedarse a dormir.
Pero volviendo a lo que pasó.
Ceto había puesto la mesa, Euribia quería matarme y la cena estaba servida. Por
suerte, tuve mucha, mis papás no llamaron por teléfono para chequear que todo
estaba bien. Así que, aunque sabía que no iban a llamar, estaba nerviosa. Primero
estaba esa situación incómoda con la ex pareja y segundo, quería que mi comida
gustara. La estaba comiendo el chico que me gustaba. Sí. Esa noche me di cuenta
que mi único motivo por mi rechazo a él, era el hecho de que Euribia todavía
gustaba de él. Pero a mí me estaba gustando todo su ser… >>
Ceto:-
(Tocándose la panza) ¡Riquísimo! ¡Te pasaste Dike!
Dike:-
¿Viste?
Euribia:-
¿Junto la mesa?
Dike:-
Dale, yo te…
Cuando
Dike intentó levantarse, Ceto la tomó del brazo y la hizo sentarse nuevamente.
Dike:- (Susurrando) ¿Qué pasa Ceto?
Ceto:-
Siempre me dejas solo, quédate conmigo… por favor.
Dike:-
Para eso están las novias.
<< ¡Qué insistente! ¡Por
favor! Soy un asco. Quería saber quién le gustaba y seguía jugando con fuego. Nunca
me imaginé lo que me iba a decir. >>
Ceto:-
La busqué y la encontré… pero no me animo a encararla.
Dike:-
Pero a Euribia no te costó encararla.
Ceto:-
Es diferente.
Ceto
se acercó a Dike despacio. Ella buscaba con la mirada la forma de escapar del
chico, pero no podía. Si salía corriendo iba a tirar todo y llamaría la
atención de Euribia, que aún estaba en la cocina. A Dike se le cruzó por la
cabeza que su amiga seguramente estaba escuchando la conversación, mirándolos
desde la cocina. Sólo esperaba que ella viniera a socorrerla para que no pasara
nada de lo que luego se arrepintiesen.
Euribia:-
(Desde la cocina) ¡Dike!
Dike:-
¡Ya voy!
<< ¡Qué oportuna! Euribia
me salvó de ser devorada por Ceto. Salí corriendo a la cocina dejando a Ceto
consternado. No se la veía venir. >>
Euribia:-
¿Cuál es el agua caliente?
Dike:-
Gracias Eu, pero mejor dejemos los platos para lavarlos más tarde. Vos acompañá
a Ceto mientras bajo los colchones.
Euribia
no dudó ni un segundo. Ante el gran salvavidas que su amiga le había lanzado
para que pudiera tener una oportunidad de estar a solas con Ceto, salió
corriendo al living.
Los
colchones fueron puestos en la sala del comedor y todos se acostaron. El
silencio los invadió y nadie quiso romper el hielo. Fingiendo o no, todos
dormían. Euribia y Dike estaban juntas por un lado y Ceto apartado.
<< ¿Dormir? Creo que
ninguno de los tres podía. Todavía recordaba el gusto de la milanesa con papas.
Me había pasado. Creo que las hice más ricas que de costumbre solo porque
cocinaba para él. Estoy loca. Lo sé. Pero bueno, la cosa es que no podía
dormir, algo me molestaba. Tal vez la luna llena no me dejaba encontrar el sueño
o simplemente porque tenía a la ex pareja junta en casa. Chequeé que Euribia
estuviera durmiendo. No hice la clásica “¿estás despierta?” Era obvio que no me
iba a responder. Así que hice como que me movía y verifiqué si se despertaba o
no. Ni un movimiento. Así que, sin hacer ruido, me levanté y salí afuera, al
patio. Timoteo se acercó sin ladrar y se acostó al lado. Aproveché para pensar
en todo lo que me estaba pasando con Ceto. Sabía que Euribia sentía cosas por
él, pero no me importaba. Si él me decía que gustaba de mí, yo no dudaría en
salir con él. Una mierda. >>
Dike:-
No puede ser…
Ceto:-
¿Qué no puede ser?
Ceto
preguntó mientras se sentaba al lado. Dike se corrió para que él ocupara el lugar ya que la estaba corriendo con su cadera.Timoteo seguía sin reaccionar.
Ceto:-
Dale, contéstame. ¿Qué te tiene así?
Dike:-
Tengo un problema. Estoy aceptando que quiero hacer algo que lastime a alguien.
Ceto:-
(Acariciando a Timoteo) Se que este perro está sucio, pero es lindo.
Dike:-
Lo prohibido siempre es tentador.
Ceto:-
(Sonrió) Obviamente. Pero volviendo a lo tuyo, no creas que te pasa a vos sola.
Dike:-
Puedo perder mucho si accedo a eso. No puedo dejarme llevar.
Ceto:-
¿Qué vas a perder? ¿Amigas?
Dike:-
Si.
Ceto:-
Esas no son amigas.
<< ¿Él también? ¿Será que
se complotó con Taumante? ¿Qué pasa con mis amigas? Es un tema que tendré que
rever. En ese momento solo tenía una idea en la cabeza, saber de quién gustaba este chico. >>
Dike:-
Al final no me dijiste quién te gustaba.
Ceto:-
Primero contame vos quién es el prohibido.
Dike:-
Pero yo no estoy segura de lo que siento. Muchas cosas me pasan… Y claramente,
no puedo estar con él.
Ceto:-
¿Qué sentís por él?
Dike:-
Lo quiero, me exaspera… Lo odio y lo quiero… Complicado.
Ceto:-
¿Complicado?
Dike:-
Ya te dije, puedo perder a muchas personas. Si me acerco más de lo debido, me
metería en problemas con dos personas que conozco de siempre.
Ceto:-
¿Y ellos son?
Dike:-
Nereo y
Ceto:-
Euribia.
<< Giré mi cara
rápidamente. Terminó mi frase. ¿Él sabía que yo gustaba de él? ¿Tan evidente
fui? O sea, traté de alejarme para que no me gustara más, para que él no
quisiera acercarse más. ¿En qué falle? >>
Ceto:-
Yo también te quiero, pero no como amiga.
Timoteo
se puso de pie mirando adentro de la casa.
Dike:-
Mejor dejemos acá.
Ceto:-
¿Qué te pasa? ¿Te acabo de decir algo importante y nada?
Dike:-
(Tomándole de la cara) Fue muy hermoso, pero Euribia se levantó.
Ceto:-
Esto no puede quedar acá.
Dike
le tapó la boca para callarlo y Ceto la lamió. Ella reaccionó con un grito
sordo mientras saltaba hacia atrás. Sigilosamente ingresaron a la casa. Ambos
se separaron y Euribia encontró primero a Ceto que estaba en la cocina abriendo
la heladera.
Euribia:-
¿No podes dormir?
Ceto:-
Las papas dan sed.
Euribia:-
Te puedo hacer compañía.
Dike:-
Acá estaban
Euribia
se giró rápidamente con toda su clásica sobreactuación. Con la mirada le dijo a
Dike que había elegido un mal momento para ingresar. Pero a ella no le importó,
con sólo ver la cara de relajación que tenía Ceto comprendió que éste
necesitaba de esa interrupción para liberarse de Euribia.
Euribia:-
Bueno, volvamos a dormir.
<< Euribia fue la primer
que salió disparando al comedor. Ceto se acercó. Deslizó sus dedos suavemente
por mi mejilla hasta el mentón. Me estremecí, eso jamás me había pasado con Nereo.
No podía controlar mi cuerpo. Él esbozó una sonrisa de satisfacción. Yo estaba
inmóvil, esperando por sus acciones. Deslizó su dedo pulgar por mi labio
inferior. Respiré hondo. Se inclinó, ligeramente, y me besó. Mi corazón dio un
salto. Me puse colorada, sentí la sangre juntarse en toda mi cara. Yo sabía que
me iba a besar, pero no pensé que iba a ser así. Creo que este chico es un poco
experimentado. Y eso me da miedo. ¿Y si
no le gustó como besé? ¿Y si se está riendo de mí? Seguro que se dio cuenta que
no sé nada. >>
Autora: Ferdeimos
Revisión: Alice
Los hechos y/o personajes de la historia son ficticios,
cualquier semejanza con la realidad es mera coincidencia
Nos leemos dentro de dos semanas
Bajo licencia Creative Commons CC BY-NC-SA 3.0,
como se detalla en http://creativecommons.org/licens.
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