Capitulo 2: Presentación
Ha
pasado un mes desde el inicio de clases, el otoño había comenzado y las
primeras hojas estaban cayendo. Este día fue uno no tan común para Dike. Aunque
saludó a todos con las mismas ganas de siempre, se topó con estos dos chicos
nuevos que estaban con su nuevo amigo Eyone. Para ella, ambos eran un misterio.
Nadie sabía algo sustancial de ellos, sólo que habían repetido un año cada uno
y que uno era más grande que otro.
Eyone:-
(Sonriendo) Dike, ellos son Ceto y Psámate.
Dike:- Hola
Los
hermanos la saludaron. Aunque la sangre los uniera, eran muy distintos entre
ellos. El mayor era tan alto como Eudora y parecía ser simpático, mientras que
el menor tenía la altura de Dike, tal vez un poco más, y no tenía cara de
buenos amigos.
Dike:-
Bueno, me tengo que ir con las chicas.
Eyone:-
Vamos con vos Dike
<< ¡Eyone! ¿Qué se te
pasa por la cabeza? Esos chicos no quieren conocernos… Realmente me dan miedo
>>
Dike:-
Vengan que se las presento.
Los
tres chicos siguieron a Dike hasta su salón. Allí estaban las compañeras de
grado y también los chicos. Las miradas recayeron en Dike. ¿Qué hacía ella con
los chicos nuevos? ¿Y qué hacían en el salón?
De
todas formas, aunque las miradas más sorprendidas y punzantes provenían de los
varones, las chicas salieron corriendo hacia Dike inmediatamente la vieron
llegar con esos chicos. Hacía mucho tiempo que querían hablarles, pero no se había
presentado la oportunidad.
Dike:-
(Indicando a cada una que nombraba) Ella es Actea, Euribia, Eudora, Ferusa y
Lisiánasa.
Las
chicas sonrieron, increíblemente estos chicos les respondieron positivamente
devolviéndoles el gesto.
Dike:-
Y ellos son Ceto y Psámate.
Actea
fue quién comenzó la conversación. Faltaba poco para que sonara el timbre de
formación, pero a ella no le importó. Sólo cuando la preceptora los llamó,
dejaron la charla y se dirigieron a formar.
<< Psámate es muy callado,
y por eso no hablaba mucho. Aunque quedé sorprendida, su hermano, el de la cara
de perro, fue todo lo contrario, hablaba hasta por los codos >>
Cuando
el segundo recreo comenzó Dike se dirigió hacia el baño de chicas y Nereo la
interrumpió en su trayecto.
Nereo:-
(Enojado) ¿Qué eso de andar hablando con Psámate?
Dike:-
¿Qué es eso de andar preguntando por lo que hago o dejo de hacer?
Nereo:-
Todas son iguales, todas se quedaron embobadas ahí hablándoles…
Dike:- (Molesta) Ay, no te pongas así, sólo se los
presenté a las chicas.
Nereo:-
¿Y vos?
Dike:-
(Sorprendida por la pregunta) ¿Yo qué?
Nereo:-
No te hagas, sabes que me seguís gustando.
Dike:-
¿Otra vez? Ya hablamos de esto…
Nereo
reflejó dolor interno. Cada palabra de Dike no consolaba el alma arrepentida de
una persona que sabía lo irreversible que era la situación. Hablar con ella,
saber de ella, compartir el mismo sitio, todo eso lo lastimaba. Y era una
herida difícil de sanar puesto que las cosas que se rompen, aunque se reparen,
no vuelven a ser lo que eran.
Nereo:-
Ayer me llamó Dione y me preguntó por vos...
Dike:- (Sonriendo) ¿Y qué te dijo?
Nereo:-
Realmente esto no me gusta.
Dike:-
¿Qué no te gusta?
Nereo:-
¿Qué te importa?
Dike:-
(Retornando su camino) No te pongas así… Dione sólo es un amigo, nada más.
Nereo:-
¿Dike?
Dike:-
¿Ahora qué?
Nereo:-
¿Vos seguís enganchada con él?
Dike:-
Primero, creo habértelo dicho y segundo, dejame ir al baño.
Dike
salió corriendo, ya no podía soportarlo más. Nereo volvió al salón desganado.
Cimo:-
(Armando un avión de papel) ¿Qué pasa Nereo?
Nereo:-
(Sentándose al lado) Lo de siempre, cosas que uno hace y luego se arrepiente.
Cimo:-
¿Qué te dijo Dike?
Nereo:-
Todo y nada. Mirá que todos los días le hablo, la busco, le sonrío, la molesto,
pero no pasa nada.
Cimo:-
¿Y por qué no la encarás? Así te sacas la duda. Capaz que te está haciendo
sufrir.
Nereo:-
No, me diría que no.
Cimo:-
¿Cómo sabes eso?
Nereo:-
Porque se nota que sigue con Dione.
Cimo:-
¿Y Dione?
Nereo:-
No sé. Se fue y no lo volví a ver.
Cimo:-
Bueno, entonces sos sólo suposiciones tuyas, capaz que Dike te quiere.
Nereo:-
Si, me quiere… lejos de ella.
Cimo:-
Entonces no rompas.
Nereo:-
Vos preguntaste primero.
Cimo:-
Entonces dale celos.
Nereo:-
No, ya no quiero meterme en problemas…
Cimo:-
Pero si tu segundo nombre es “Problema”
Nereo:-
No seas idiota.
Cimo:-
Yo que vos lo pienso, si ella ve que ya la olvidaste y que podes hacer tu vida
sin ella, Dike va a querer volver.
Nereo:-
No es tan idiota.
Cimo:-
Todo el mundo quiere lo que no puede tener.
Nereo:-
Dike no es así.
Cimo:-
Creo que la estás poniendo en un nivel al que ni está.
Nereo
sacó la carpeta debajo del pupitre y comenzó a hacer la tarea de biología. En
su interior continuó pensando, ¿qué es este nuevo Nereo que estaba aparentando?
¿Distraerse con estudio? No, él no era así. De pronto, llegó la idea de Cimo.
Tal vez él tenga razón, pensó. Negó con su cabeza, pero en el fondo sabía que
le había resultado tentador hacerlo.
Autora: Ferdeimos
Revisión: Alice
Los hechos y/o personajes de la historia son ficticios,
cualquier semejanza con la realidad es mera coincidencia
Nos leemos dentro de dos semanas
Bajo licencia Creative Commons CC BY-NC-SA 3.0,
como se detalla en http://creativecommons.org/licens.
muy buen capi
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